El mundo de la acuarofilia es algo complejo, especialmente en lo que se refiere a la salud de los peces. Los parásitos son sus grandes enemigos en este sentido, y entre ellos podemos nombrar al gusano lernae, uno de los más peligrosos para nuestros amigos acuáticos. Te explicamos todo lo que debes saber sobre este problema.

Qué es el gusano lernaea
Puede que el término ‘gusano lernaea’ te resulte familiar o totalmente desconocido. Se trata de una especie de gusano de color verde pálido que cuenta con cuatro protuberancias en forma de ganchos que utiliza, precisamente, para hacer aquello que le ha hecho famoso: enterrar su cabeza en el cuerpo de los peces. De ahí que también se le conozca como ‘gusano ancla’.

De esta forma queda incrustado en él, alimentándose de su sangre. Este parásito vive en el agua dulce y afecta principalmente a los peces de la familia de los ciprínidos y los salmónidos. Aunque es originario de Asia, está presente en un buen número de países, entre ellos España.

Síntomas que produce
Es muy fácil detectar la presencia de estos gusanos en los peces, pues no hay más que observar cómo se mantienen incrustados en su piel, normalmente en la base de las aletas o junto a las branquias. Aunque son muy pequeños, se localizan a simple vista.

En cuanto a los síntomas que produce, uno de los más visibles es la inflamación de la piel. Como consecuencia de esta inflamación, puede que las escamas se desprendan. Además, el pez afectado perderá peso y surgirán heridas justo donde cada uno de estos gusanos se encuentra incrustado.

Asimismo, se frotará contra las rocas, plantas y otros elementos del acuario debido al picor que produce este parásito. Al alimentarse del animal ocasiona una importante pérdida de sangre que puede acabar con su vida rápidamente. Todo esto es aún más grave si el pez es pequeño, pues el gusano puede dañar sus órganos internos al engancharse con su ‘ancla’.

Tratamiento
Si advertimos este parásito en uno de nuestros peces, tendremos que aislarlo en otro acuario y eliminar los gusanos. Para ello, antes hay que debilitarlos, pues si tratamos de sacarlos a la fuerza dejarán su cabeza dentro del animal y el daño será aún mayor.

Para ello habrá que administrar ciertos medicamentos que sólo un profesional en acuariofilia puede recomendar. El cloruro sódico, el formol y el permanganato potásico son muy comunes. Cuando el experto lo crea conveniente, habría que extraer los gusanos con unas pinzas y mucho cuidado para evitar que se rompa y queden restos dentro del pez. Por último, es importante tratar las heridas producidas en su piel con un desinfectante especial.

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