Si tienes perro, puede que hayas escuchado hablar alguna vez de la torsión gástrica o torsión de estómago. Es un trastorno que afecta gravemente al organismo del animal y que, si no se trata a tiempo, llega a ser letal. Te enseñamos cómo tratar y prevenir este problema.

¿Qué es la torsión gástrica?
Consiste en una distensión aguda del estómago, que tiene lugar como consecuencia de la acumulación de gases, líquidos o alimentos. Esto provoca que los dos ligamentos que sujetan el estómago del perro se debiliten y no puedan sostenerlo.

Por tanto, el estómago comienza a dilatarse y a ‘retorcerse’ sobre su propio eje. Debido a ello, las arterias y vasos sanguíneos del aparato digestivo se comprimen, lo que puede llevar a la muerte del animal.

Puede afectar a todos los canes, aunque se cree que las razas grandes y las de pecho profundo (como el caniche, el bóxer o el braco de Weimar) son más propensas.

Síntomas comunes
Como podrás imaginar, los síntomas son graves y fáciles de identificar:

1. Náuseas e intentos de vomitar. El perro trata de eliminar el alimento, líquido o gases acumulados para calmar su dolor, pero le es imposible. Sólo puede expulsar saliva y espuma.

2. Inflamación del abdomen. El abdomen se dilata y se tensa, por lo que la tripa del perro se ensancha.

3. Dificultad para respirar.

4. Debilidad y apatía.

Causas principales
Aunque todavía queda mucho por estudiar respecto a este tema, los expertos creen que la torsión gástrica está motivada, sobre todo, por comer y beber en exceso o demasiado deprisa. Los veterinarios también creen que el estrés es un factor influyente.

Qué hacer
Ante cualquiera de estos síntomas, no hay más opción que acudir inmediatamente al veterinario. El experto realizará una radiografía para confirmar el diagnóstico y extraerá el contenido del estómago, bien a través de una sonda orogástrica (con sedación previa) o, de no ser posible, mediante una perforación de la pared abdominal.

En todo caso, es necesario llevar a cabo una gastropexia. Es decir, un procedimiento quirúrgico para fijar el estómago a la pared torácica.

Medidas de prevención
Aunque no hay forma de evitar este problema al 100%, existen algunos trucos para prevenir su aparición. Una buena nutrición es la clave para ello, así como repartir la dosis de alimento diaria en tres raciones en lugar de una (desayuno, comida y cena).

También hay que evitar que el perro beba mucha agua de golpe, especialmente después de hacer ejercicio físico. Por otro lado, no debes darle de comer justo antes de acostarse ni en momentos de excitación o estrés.

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