A pesar de su fama de ‘ariscos’, los mininos adoran las caricias. Es más, nunca rechazarían un buen masaje, ya que les ayuda a relajarse y a renovar su energía. Si te interesa saber cómo dar el masaje perfecto a tu gato, no te pierdas nuestros consejos.

El lugar y momento adecuados
Para que el pequeño disfrute, debe estar tranquilo y cómodo. Por eso has de elegir un momento en que esté calmado y un lugar confortable, como la cama o el sofá.

Comenzar por la cabeza
Hay que empezar masajeando suavemente los lados de la cara, con movimientos circulares. Una vez el animal comience a relajarse, puedes centrarte en la cabeza y pasar a las orejas.

Las orejas de los gatos son muy sensibles, por lo que hay que tener mucho cuidado en esta zona. Lo mejor es masajear la base e ir subiendo después hasta las puntas.

Segundo paso: el lomo
Tras el masaje en la cabeza, el peludo estará muy relajado. Es entonces cuando debes pasar al lomo, acariciándolo repetidas veces desde el cuello hasta el inicio de la cola.

También puedes acariciar los laterales pero nunca el vientre, a no ser que el propio animal te lo pida poniéndose boca arriba. Recuerda que los mininos se sienten vulnerables en esta postura.

Por último, la cola
Algunos gatos lo odian, pero a otros les resultan relajantes las caricias en la cola. Si tu pequeño pertenece a este segundo grupo, no dudes en terminar con un leve masaje en la cola, siempre desde el nacimiento hasta el extremo de la misma.

Atención a su lenguaje corporal
Tu propio gato te indicará si disfruta. Si ronronea, estira la espalda y las patas, busca tu contacto y echa las orejas hacia atrás, sin duda le encanta tu masaje.

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