Entre los problemas de salud que puede sufrir un gato encontramos la insuficiencia renal. El diagnóstico precoz es fundamental para luchar contra ella, por lo que conviene conocer sus síntomas para poder identificarla cuanto antes. Te contamos todo lo que necesitas saber.

¿Qué es la insuficiencia renal?
Puede resumirse la insuficiencia renal como el deterioro progresivo de los riñones, que poco a poco dejan de funcionar correctamente. Se manifiesta más habitualmente en gatos ancianos, aunque no puede descartarse su aparición en felinos más jóvenes.

Este problema puede tener su origen en varias causas. Las más comunes son: tumores, infecciones bacterianas, presencia de toxinas, efectos secundarios de medicamentos y poliquistes en los riñones.

Síntomas principales
Uno de los grandes inconvenientes de esta enfermedad es que comienza a manifestarse una vez los riñones ya han comenzado a deteriorarse. Y lo hace mediante los siguientes síntomas:

1. Sed excesiva. La insuficiencia renal genera una sed excesiva en el gato, cuyas micciones también aumentan considerablemente. Aun bebiendo grandes cantidades de agua, puede presentar deshidratación.

2. Pérdida de apetito. En el lado contrario encontramos la pérdida del apetito, que conlleva un adelgazamiento rápido.

3. Apatía. El malestar general afecta el estado anímico del animal, que se muestra cansado y deprimido.

4. Problemas digestivos. Los vómitos y las diarreas son los más frecuentes.

5. Halitosis. La insuficiencia renal puede dar lugar a úlceras y otros problemas bucodentales, que a su vez generan halitosis.

6. Pelaje débil. El aspecto del pelaje aporta valiosa información sobre la salud de los gatos. Un pelo débil es un indicativo inconfundible de que algo no va bien.

Tratamiento y prevención
Ante estos síntomas hay que acudir cuanto antes a un veterinario, quien puede confirmar el diagnóstico mediante pruebas como un análisis de sangre y de orina. Si lo considera necesario también puede llevar a cabo radiografías y ecografías.

La insuficiencia renal no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse con antibióticos y otros medicamentos. El tratamiento exacto depende de los síntomas y de las características generales del paciente. De cualquier forma, el minino habrá de llevar una dieta especialmente adaptada.

La prevención es fundamental. De ahí que las revisiones veterinarias frecuentes sean tan importantes para prevenir esta y otras enfermedades, especialmente durante la tercera edad.

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