Los gatos son animales extraordinariamente limpios, pues dedican gran parte del día a su higiene personal. De ahí que solamos verlos atareados lamiéndose insistentemente. Pero, ¿cuándo se transforma este hábito en un problema? Te contamos todo lo que implican estos lamidos excesivos.

Cuándo es un problema
Como hemos dicho, los gatos dedican mucho tiempo a lamerse cuidadosamente para lavar todo su cuerpo. Su lengua está anatómicamente preparada para extender su saliva, lo que a su vez le ayuda a refrescarse y a prevenir los parásitos.

Estos animales pueden llegar a lamerse entre siete y doce horas diarias, algo completamente natural en ellos. Sin embargo, en el momento en que exceden este tiempo o se ocasionan lesiones en la piel, este hábito se convierte en un comportamiento compulsivo y debemos averiguar la causa.

Alergia
Los gatos pueden sufrir reacciones alérgicas hacia diferentes sustancias; desde detergentes hasta determinados alimentos. En muchas ocasiones generan un picor extremo en la piel que el animal intenta aliviar a través de los lamidos, llegando incluso a arrancar su propio pelo de manera desesperada. Estas alergias suelen ir acompañadas de ojos llorosos, mucosidad e infección en los oídos.

Parásitos
Los parásitos también pueden ser grandes culpables. La presencia de pulgas y garrapatas produce fuertes picores, haciendo que el felino se lama insistentemente. Por lo general estos insectos suelen establecerse en la parte inferior del lomo, cerca de la cola, y necesitan ser eliminados con tratamiento veterinario.

Dermatitis
La dermatitis, sea del tipo que sea, puede generar una gran picazón. Este problema cutáneo viene acompañado por enrojecimiento, inflamación y sarpullidos, y puede ser ocasional o crónica.

Cistitis
Consiste en la inflamación de la vejiga, que a su vez dificulta la micción y produce un intenso malestar en la zona. El pequeño tratará de calmar el dolor mediante lametazos tanto en los genitales como en el abdomen. Además, el felino presentará una gran apatía y escozor al orinar.

Estrés
El estrés y el aburrimiento pueden dar lugar a conductas obsesivas en el gato, como lamerse compulsivamente. Recurre a esta clase de acicalamiento excesivo porque le ayuda a sentirse reconfortado, aunque con ello ocasiona problemas mayores.

¿Qué hacer?
Si observas este extraño comportamiento en tu felino, lo primero que debes hacer es inspeccionar detenidamente su piel en busca de parásitos y erupciones. Tanto si encuentras alguna de estas señales como si no lo haces, tendrás que acudir cuanto antes a un veterinario para que descarte o confirme algún problema de salud y te indique cómo actuar.

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