La celiaquía o enfermedad celiaca es uno de los problemas más infradiagnosticados a los que nos enfrentamos actualmente. Se estima que tres de cada cuatro celiacos españoles no saben que lo son, pues sus síntomas son muy variables y suelen asociarse a problemas de otra naturaleza. ¿Ocurre lo mismo con los perros? ¿Ellos también pueden ser celiacos? ¿Cómo lo manifiestan? Ahondamos en este tema.

¿Qué es la celiaquía?
En los seres humanos la celiaquía o enfermedad celiaca se define como una enfermedad crónica de carácter autoinmune provocada por la intolerancia permanente al gluten. Esta proteína daña las vellosidades del intestino delgado de la persona afectada, causando inflamación e impidiendo que absorba bien los nutrientes de los alimentos, entre otros síntomas.

No es una enfermedad habitual en los perros, pero se dan casos. Su sistema inmunológico detecta el gluten como una sustancia dañina y reacciona atacando a las células del intestino delgado, ocasionando lesiones de gran importancia.

Síntomas de celiaquía en perros
Un error común es creer que los únicos síntomas de la celiaquía son digestivos, cuando esta enfermedad puede presentarse de muchas formas diferentes. A los perros les ocurre exactamente lo mismo y cabe destacar la sorprendente similitud de síntomas con los seres humanos. Entre ellos podemos nombrar:

1. Diarrea persistente
2. Vómitos frecuentes
3. Inapetencia
4. Dolor abdominal
5. Adelgazamiento
6. Irritaciones cutáneas
7. Pérdida de pelo
8. Apatía
9. Problemas respiratorios

Estos síntomas suelen manifestarse entre los seis y los siete meses de edad y, por norma general, poco después de consumir gluten. Sin embargo, la experiencia puede ser diferente para cada animal.

Cuándo acudir al veterinario
Ante cualquiera de estos síntomas debemos acudir cuanto antes al veterinario, pues aunque se dieran de manera ocasional, necesitan tratamiento médico. Si este cuadro clínico fuera constante, el veterinario evaluará la posibilidad de que el can sufra intolerancias alimentarias. Para ello realizará análisis de sangre, de heces, de orina y puede que radiografías.

Si con todo ello el veterinario obtiene conclusiones sospechosas, aconsejará retirar el gluten de la dieta del perro durante uno o dos meses. Si se observa una mejoría y un empeoramiento al retomar el gluten, el diagnóstico de enfermedad celiaca quedará confirmado.

A partir de entonces el animal deberá seguir una dieta estricta sin gluten de por vida, evitando también la contaminación cruzada. Hay que evitar cualquier alimento que contenga avena, trigo, centeno y cebada, así como sus trazas. Nadie mejor que el veterinario para recomendarnos un pienso adecuado.

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