Es muy fácil distinguir el embarazo en animales como el perro o el gato pero, ¿y los peces? En este caso tienes que observar detalles muy concretos que no sólo hacen referencia a su anatomía, sino también a su comportamiento. Te lo explicamos.

Dos formas de ‘dar a luz’
Para empezar, los peces tienen dos formas de gestación radicalmente diferentes. Según su raza pueden ser ovíparos o vivíparos.

1. Ovíparos: la hembra expulsa los huevos y los esconde en algún rincón del acuario. Tras un tiempo formándose dentro de ellos, las crías salen de su interior.

2. Vivíparos: los huevos se forman en el abdomen de la hembra, tras lo cual copula con el macho para que los insemine. Después de dos o tres meses de gestación, los expulsa ya como crías completamente formadas.

Hembra o macho
Por supuesto, hay que saber distinguir entre machos y hembras. Es mucho más fácil en las especies vivíparas, pues los machos tienen un color más brillante que las hembras. Asimismo, su aleta anal es estrecha y larga, mientras que la de las hembras es de forma triangular.

Respecto a las especies ovíparas lo mejor es recurrir a un profesional, ya que son muy difíciles de diferenciar para unos ojos inexpertos. Además, las características son muy distintas dependiendo de la especie.

Cambios físicos
Los peces ovíparos expulsan sus huevos para que se gesten en el exterior, por lo que sólo tienes que observar bien todos los rincones de tu acuario para saber si tus pequeños van a tener ‘bebés’.

En cuanto a los vivíparos, experimentan algunos síntomas similares a los de otros animales. Su abdomen se hincha, ya que los huevos se forman en su interior. También es probable que aparezca una mancha de color rojo o negro en la zona, que se desplaza hacia la parte anal según se va acercando el momento del parto.

Comportamiento
Cuando una hembra está embarazada se muestra más inquieta, sobre todo si es primeriza. Por otro lado, durante el parto suele permanecer quieta en el fondo el acuario, debido al dolor de las contracciones.

Aunque también es habitual que suba a la superficie para buscar oxígeno y vuelva a bajar una y otra vez hasta que dé a luz. Una vez el parto haya finalizado, su comportamiento vuelve a la normalidad.

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