Todos hemos escuchado alguna vez el famoso refrán de “llevarse el gato al agua” cuando se quiere expresar el éxito de una persona en conseguir un objetivo difícil. Pero, ¿sabes de dónde viene esta expresión? ¿Realmente es posible meter a un felino dentro del agua? Te lo contamos.

Origen de la fobia
Los dueños de los gatos saben la lucha que puede suponer el tener que bañar a uno de estos animales domésticos. Y es que, por regla general, los felinos evitan todo contacto con el agua. Ahora, la ciencia revela el origen de esta fobia.

– Hábitat natural
Numerosos estudios apuntan que los gatos no han evolucionado lo suficiente para relacionarse con el agua. Y es que la mayoría de las razas felinas provienen de Oriente Medio y de regiones desérticas, por lo que no fue hasta su domesticación cuando conocieron el agua.

No obstante, hay ejemplares como los maine coon y los siberianos que no temen el contacto con el agua y resultan ser grandes nadadores porque han nacido en zonas boscosas cercanas a lagos y ríos.

– Supervivencia
Otra razón por la que los gatos detestan el agua es su instinto de supervivencia. Según Katherine Houpt, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, cuando el pelaje del gato se moja, absorbe el agua y la retiene en las profundidades del pelo, lo que hace que el animal pierda su protección natural contra el frío puesto que no puede mantener su calor corporal.

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