Una alimentación equilibrada es la base para que tu minino goce de buena salud. Por ello has de proporcionarle una dieta completa, rica en nutrientes y vitaminas. Pero llegados a este punto nos encontramos con una encrucijada: ¿comida seca o húmeda? Te ayudamos a resolver tus dudas.

Un pienso de calidad
En primer lugar, ya sea pienso seco o húmedo, debe ser de alta calidad. Has de elegir una marca de prestigio, que ofrezca un elevado porcentaje de carne y cuyos ingredientes sean lo más naturales posibles.

Para elegir la opción correcta es necesario leer atentamente la etiqueta nutricional y consultarlo con un veterinario de confianza. Él sabrá guiarte mejor que nadie en este sentido.

Pienso seco: características y ventajas
El pienso seco no puede faltar en la dieta de tu gato, y es que tiene grandes beneficios para su organismo. Para empezar, ayuda a eliminar el sarro de sus dientes, lo que previene infecciones, problemas bucodentales y trastornos digestivos.

Esta clase de alimento también tiene la ventaja de que obliga a masticar al animal, lo que facilita una buena digestión. Además, tarda más tiempo en caducarse y por lo general, es más económica que las latas de comida húmeda.

¿Por qué es necesaria la comida húmeda?
Tras leer todas estas ventajas, puede que pienses que la comida húmeda no es necesaria. Pero nada más lejos de la realidad. Los gatos deben ingerir una buena cantidad de agua para mantenerse saludables, y pueden obtener gran parte de esta hidratación a través de la comida húmeda.

Mientras que el pienso seco contiene entre un 5 y un 10% de agua, cada lata de comida húmeda aporta entre un 60 y un 80%. Esto ayuda a prevenir el estreñimiento, las enfermedades renales, la diabetes y la formación de cristales en la orina.

La unión hace la fuerza
La realidad es que, por separado, ni el pienso seco ni la comida húmeda son suficientes para cubrir todas las necesidades nutricionales del gato. Lo ideal es combinar ambos tipos de alimentos.

Si bien la base de su dieta debe ser el pienso seco, puedes ofrecerle una lata de comida húmeda a la semana. Siempre sin sobrepasar la dosis diaria adecuada a su tamaño y edad.

Independientemente de toda esta información, insistimos en la importancia de consultar todos los aspectos de la alimentación de tu gato con un veterinario de confianza. Ten en cuenta que cada minino tiene unas características diferentes y necesita una dieta adaptada y supervisada por un profesional.

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