El hámster se ha convertido en una mascota muy común, y sin embargo, aún existe un gran desconocimiento respecto a sus cuidados. En esta ocasión nos centramos en el baño, que debe llevarse a cabo de forma puntual y con mucha delicadeza.

¿Es necesario bañar al hámster?
Los hámsters, al igual que los gatos y los conejos, se encargan de su propia higiene. Se acicalan diariamente mediante lametazos, un método tan efectivo que hace innecesario el baño. Además, las ‘duchas’ frecuentes no son sanas para ellos, ya que pueden dañar su piel y ocasionar resfriados.

Por tanto, hay que bañar a este animal sólo cuando sea estrictamente imprescindible. Es decir, en caso de que alguna sustancia tóxica caiga sobre él o de que algo quede adherido a su pelaje y no pueda eliminarse de otra manera.

El paño húmedo: una buena alternativa
Como decíamos, a estos pequeños no les conviene bañarse, por lo que existen otras alternativas. Una de ellas es usar un paño humedecido con agua tibia y una gota de champú especial para hámsters. Basta con frotar muy suavemente el pelaje del animal y secarlo delicadamente con una toalla.

Toallitas húmedas
El mercado nos ofrece toallitas húmedas especiales para lavar a estos roedores de forma rápida y sencilla. Es importante que sean de alta calidad y no tengan perfumes añadidos. Jamás hay que usar toallitas para bebés o de cualquier otro tipo.

Baños de arena
Puede sonar extraño, pero en un entorno natural los hámsters se revuelcan sobre la arena para limpiar su pelaje. Puedes poner dentro de su jaula un recipiente lleno de esta clase de arena para que él mismo ‘se bañe’. La encontrarás en cualquier tienda especializada en animales.

Baño en seco
Otra buena opción es el champú para baño en seco, que simplemente tienes que rociar sobre el cuerpo del pequeño, excepto la cabeza. Después, hay que extenderlo por todo el pelaje con un cepillo de cerdas suaves y retirar los restos de producto con una toalla suave.

Agua y jabón: la última opción
El baño con agua y jabón debe llevarse a cabo sólo si es absolutamente imprescindible. En ese caso, hay que seguir estas pautas:

1. Llena dos recipientes con dos dedos de agua tibia aproximadamente y posiciona uno al lado de otro.

2. Mete al hámster en uno de ellos, asegurándote de que el agua no le cubra. Moja cuidadosamente su cuerpo, excepto la cabeza, y frótalo muy suavemente con una gota de champú para hámsters.

3. Traslada al hámster al otro recipiente de agua limpia y enjuágalo bien, evitando la cabeza. Una vez hayas retirado todos los restos de champú, sécalo con una toalla muy suave y deja que descanse en su jaula. Ésta debe estar ubicada en un lugar cálido, lejos de corrientes de aire.

Recuerda que para mantener la higiene de tu hámster en óptimo estado tienes que lavar su jaula y accesorios habitualmente. Y ante cualquier duda, lo mejor es consultarlo con el veterinario.

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