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    ¿Tu loro está deprimido?

    29 agosto, 2019

    Si piensas que la depresión es un mal que sólo afecta al ser humano, estás muy equivocado, pues animales como el loro también pueden sufrir este trastorno. Sí, has leído bien; esta ave es muy sensible hacia el entorno que la rodea y puede estresarse con facilidad, llegando incluso a padecer depresión. Te contamos cómo detectar el problema y cuáles son sus posibles soluciones.

    Causas de la depresión
    Como decíamos, los loros son animales sensibles, por lo que cualquier cambio en su ambiente o la poca atención por parte de los suyos puede llevarles a caer en una depresión.

    Uno de los motivos más frecuentes es la falta de libertad, pues en un entorno natural estos pájaros llevan una vida activa, volando de un lado a otro con regularidad. Una jaula demasiado pequeña que no le permita moverse cómodamente puede convertirse en una auténtica cárcel para él.

    Una temperatura inadecuada también puede ser el detonante para este problema. Teniendo en cuenta que los loros provienen de climas cálidos, un ambiente frío puede afectar a su estado de ánimo. No obstante, el calor excesivo tampoco es recomendable. Lo mismo ocurre con la ausencia de luz, pues los loros son animales diurnos.

    De igual forma, una alimentación deficiente debilita el organismo del animal hasta el punto de provocarle una fuerte apatía. La falta de nutrientes favorece la aparición de problemas como la ansiedad y la depresión.

    El apego hacia los suyos es otra causa común. Estas aves son muy sociables, necesitan mantener el contacto diario con sus dueños, por lo que alejarse de ellos le resulta tremendamente difícil. Por ejemplo, pueden sufrir muy intensamente ante la pérdida de un ser querido.

    Cómo saber si tu loro está deprimido
    Es curioso ver cómo los síntomas de depresión en los loros son muy similares a los que sufren los humanos. La inapetencia es uno de los primeros en presentarse y probablemente el más común de todos, dado que estos animales pierden el apetito cuando están tristes.

    El desplume también es una señal de alarma, tanto de esta como de otras enfermedades. Ante un estado de nerviosismo o ansiedad, estos pequeños pueden reaccionar arrancándose sus propias plumas. Esto no hace más que empeorar la situación, pues a consecuencia pueden sufrir daños en la piel y quedar expuestos a las inclemencias climatológicas.

    Otra señal frecuente son las conductas repetitivas. Cuando un ave se mueve de un lado a otro continuamente o repite los mismos gestos una y otra vez, refleja problemas de conducta que fácilmente pueden desembocar en una depresión.

    Qué hacer
    Ante esta situación, debemos actuar rápidamente. El primer paso es llevar al loro al veterinario para que compruebe si existen enfermedades u otros problemas físicos. Si el diagnóstico resulta ser depresión, hay que ponerse manos a la obra cuanto antes.

    Sustituir la jaula por una voladera de grandes dimensiones es la base para lograr que el animal se sienta más libre, lo que le ayudará a mejorar su estado de ánimo. Ofrecerle una alimentación adecuada y darle cariño a diario también es esencial para que el pequeño pueda prevenir y superar su depresión.

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