Una de las partes más características de los gatos son sus ojos. No sólo destacan por su gran belleza, pues la vista privilegiada de estos animales les permite cazar y advertir los peligros con gran rapidez. Por ello es tan importante su cuidado. Hoy te enseñamos a limpiar los ojos de tu gato correctamente.

¿Por qué es importante?
Puede que limpiar los ojos a tu gato te parezca algo sin importancia, pero es vital para su bienestar. Estos felinos son propensos a sufrir enfermedades relacionadas con esta zona, como conjuntivitis o glaucoma. ¿La razón? Que por su anatomía, sus ojos están muy expuestos al exterior.

Por todo ello se recomienda limpiar sus ojos frecuentemente, especialmente cuando se trata de razas braquicefálicas, pues la cortísima distancia entre sus globos oculares y su nariz hace que acumulen más humedad en la zona, que se adhiere y mancha su pelaje.

Paso a paso
Limpiar los ojos a tu gato puede ser una tarea fácil y divertida, siempre y cuando le dediques el tiempo, la paciencia y el cariño que requiere. Te mostramos cómo hacerlo paso a paso.

1. El momento adecuado. Algunos gatos odian este proceso, por lo que es recomendable elegir un momento en el que el animal esté tranquilo y un lugar agradable para levar a cabo la limpieza. Es importante que haya silencio y que cierres la puerta por si el peludo intenta escapar.

2. Inmovilízale. Puedes usar envolverle en una toalla o manta para ‘aprisionarle’ y lograr así que no se mueva. También tendrás que sujetar su cabeza con una mano, por lo que se aconseja contar con la ayuda de otra persona.

3. Suero o agua destilada. Hay que utilizar un líquido apto para lavar la zona de los ojos; es decir, suero fisiológico, agua destilada o un producto específicamente diseñado para este fin. En cualquier caso, siempre debes consultarlo previamente con el veterinario.ç

4. Hacia el exterior. El siguiente paso es humedecer con este líquido una bola de algodón o una gasa y presionar suavemente sobre el lado interno del ojo. Después, tienes que retirar la suciedad hacia el extremo exterior, siempre ‘de dentro hacia afuera’ y sin tocar sus ojos con los dedos. Es fundamental lavarse bien las manos antes de comenzar y usar un algodón o gasa diferente para cada ojo.

5. Secar bien. Por último, has de retirar toda la humedad secando bien la zona. De lo contrario, la piel del animal podría irritarse.

Como ves, no es difícil lavar los ojos de tu gato. Este hábito le ayudará a prevenir determinadas enfermedades y a sentirse más cómodo. Sin embargo, cada gato tiene unas características propias, por lo que antes de ponerte manos a la obra será mejor que pidas asesoramiento a tu veterinario de confianza.

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