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    Cómo es la vida de un perro con leishmaniosis

    14 enero, 2020

    La leishmaniosis es una de las enfermedades que más preocupa a los propietarios de mascotas. El temido flebótomo, mosquito que la transmite, siempre está al acecho y a veces es imposible evitar la picadura. Pero antes de comenzar a desesperarse, hay que ser conscientes de que esta enfermedad no tiene por qué reducir la calidad de vida del animal. Te mostramos lo que realmente supone para un perro vivir con leishmaniosis.

    Síntomas y tipos de leishmaniosis
    En líneas generales, existen dos tipos de leishmaniosis en perros cuyos síntomas son de lo más variados:

    1. Leishmaniosis visceral: afecta al animal de forma interna provocándole fallos hepáticos, trastornos digestivos, fiebre, problemas renales, dolores articulares, etc.

    2. Leishmaniosis cutánea: ataca directamente a la piel causando heridas, problemas de cicatrización, alopecia, irritaciones, etc.

    Ante cualquiera de estos signos se debe acudir cuanto antes a una clínica veterinaria. El especialista confirmará o descartará la enfermedad mediante un análisis de sangre y, si lo cree necesario, también llevará a cabo un proteinograma (mediante muestra sanguínea) para obtener más información sobre el estado de la leishmaniosis.

    Después del diagnóstico…
    Una vez se haya confirmado la presencia de leishmaniosis, el animal deberá recibir un tratamiento adaptado a su caso concreto. Teniendo en cuenta que el parásito no se puede eliminar, sólo se tratarán los síntomas.

    Si presenta niveles de infección muy bajos, el perro será tratado durante algunas semanas y revisado frecuentemente por el veterinario, pues pueden darse recaídas.

    Cuando la enfermedad está avanzada el can necesitará tratamiento de por vida, pues la leishmaniosis no tiene cura. El objetivo es controlar los síntomas clínicos mediante fármacos que impidan la reproducción del parásito. Al ser los síntomas tan variables, también se usarán medicamentos específicos para paliarlos. Algunos pueden ser administrados por vía oral y otros mediante inyecciones.

    Esperanza y calidad de vida
    Cada caso es único y depende tanto del estado de la enfermedad como de la edad y salud general del perro. La buena noticia es que, a no ser que la leishmaniosis esté muy avanzada, puede tratarse sin que su calidad de vida se vea afectada. De ahí que sea tan importante realizar un análisis anual preventivo.

    Lo primero que debemos hacer tras el diagnóstico es mantener la calma y pedir al veterinario que resuelva todas nuestras dudas. Asimismo, tendremos que seguir sus instrucciones a rajatabla, proporcionando la medicación y cuidados necesarios a nuestra mascota sin despistes y de forma disciplinada.

    Además, hay que reforzar todavía más su protección antiparasitaria con pipetas, vacunas, revisiones regulares, etc. También es importante ofrecerle una alimentación rica en grasos omega 3 y 6 y antioxidantes para fortalecer su sistema inmunitario. La hidratación, el descanso y el cariño son igualmente esenciales.

    Si cumplimos con estas pautas nuestro pequeño podrá mantener su calidad de vida como cualquier otro perro. Hoy en día los avances en medicina veterinaria han logrado que esta enfermedad crónica sea bastante controlable, por lo que nosotros sólo hemos de proporcionarle todo lo que necesita y disfrutar de cada día de su compañía.

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