Una buena alimentación es esencial para el bienestar de nuestro gato, algo que cobra aún mayor importancia en determinadas circunstancias. Un buen ejemplo es el período de gestación, durante el cual las gatas deben recibir un aporte extra de nutrientes para obtener la energía que necesitan. Te damos las pautas para ello.

Aumento de calorías y proteínas
Al igual que ocurre con las mujeres, las gatas necesitan una mayor energía durante los meses de gestación, ya que un déficit nutricional puede conducir a problemas como malformaciones en los fetos.

Para empezar, debemos aumentar el porcentaje de grasa en su dieta, alcanzando un 25% aproximadamente para garantizar una adecuada producción de leche materna. Estas grasas han de provenir principalmente de productos de origen animal, siendo el pollo y la carne vacuna muy recomendables.

Además de las calorías extras, la pequeña necesitará buenas dosis de calcio para favorecer el desarrollo fetal. Es uno de los nutrientes esenciales durante esta etapa tan especial, pues además de ayudar con la lactancia aumenta sus niveles de energía.

Lo ideal es optar por un pienso de alta calidad especialmente diseñado para aportar estos nutrientes. El veterinario es quien mejor puede guiarnos en este sentido, pues sabrá recomendarnos uno u otro tipo en base a las características del animal. A veces el pienso específico para cachorros es la mejor opción.

La cantidad adecuada
El apetito de la gata aumenta con el embarazo, sobre todo durante las primeras semanas. Por ello hay que incrementar sus dosis diarias de alimento. Debe tener acceso a agua y comida en todo momento.

Sin embargo, el sobrepeso puede ser igual de peligroso que la delgadez extrema. Por ello es muy importante pesarla a menudo y asegurarse de que va ganando gramos adecuadamente. Sólo el veterinario puede hacer un seguimiento correcto, por lo que las revisiones frecuentes son esenciales.

Cuando nacen los cachorros…
Una vez han nacido los cachorros, no podemos descuidar la alimentación de nuestra gata ni mucho menos. Para poder amamantar a sus pequeños ha de seguir consumiendo un pienso de alta calidad rico en calorías y nutrientes, y compuesto principalmente por carne.

Debemos mantener un seguimiento veterinario muy detallado durante esta etapa. Asimismo, tenemos que asegurarnos de que la gata bebe agua frecuentemente y de que produce la suficiente cantidad de leche materna.

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