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    Hipo en el perro: causas y soluciones

    23 noviembre, 2018

    Si crees que el hipo es algo exclusivo de los seres humanos, estás muy equivocado. Los perros también pueden experimentar esta pequeña molestia que, si bien no tiene por qué significar nada grave, ha de ser controlada. Te explicamos las causas que pueden provocar hipo en tu peludo y sus posibles soluciones.

    Causas frecuentes
    Son varios los motivos que pueden producir hipo en estos animales. Los más frecuentes son:

    1. Comer muy deprisa. Es la causa más común en los canes adultos. Comer demasiado deprisa no sólo puede producir hipo, sino también problemas mucho más graves como la torsión gástrica.

    2. Emociones fuertes. Sentimientos tan dispares como el estrés o la alegría pueden dar lugar a esta molestia. Por ello, a veces es más habitual en momentos como los paseos o la hora de quedarse solo en casa.

    3. Frío. Aunque pueda parecerte extraño, el frío es un factor desencadenante. De hecho, las razas más vulnerables a las bajas temperaturas, como el chihuahua, son más propensas a tener hipo.

    4. Problemas gástricos. A veces el hipo es un síntoma de algún trastorno gastrointestinal ocasionado, a su vez, por determinadas enfermedades.

    Cuándo comenzar a preocuparse
    En líneas generales, el hipo no es algo que deba preocuparte. Sin embargo, si persiste durante horas o se presenta en episodios frecuentes, has de acudir a una clínica veterinaria.

    En ningún caso debes dar medicación a tu peludo sin que el experto lo haya indicado previamente. Él sabrá encontrar el origen del problema y recomendar un tratamiento.

    Soluciones y prevención
    La solución dependerá del origen del problema, que como hemos dicho, debe ser estudiado por un veterinario. No obstante puedes tomar ciertas medidas preventivas para evitar el hipo en tu mascota.

    1. Comedero con obstáculos. Este tipo de comedero, disponible en cualquier tienda especializada en animales de compañía, incluye unos pequeños obstáculos que obligan al perro a comer más lentamente. También se aconseja repartir su dosis de comida diaria en tres porciones (desayuno, comida y cena).

    2. Ejercicio, cariño y tranquilidad. Como decíamos anteriormente, las emociones intensas pueden ser un desencadenante. En este sentido, es importante ayudar al can a equilibrar su energía con paseos y juegos. Sin olvidar las caricias y los ratos de tranquilidad, que favorecen un buen estado psicológico.

    3. Protección frente al frío. Proteger a tu perro del frío te ayudará a prevenir no sólo el hipo, también otros problemas de mayor gravedad. La ropa de abrigo es clave para ello, así como proporcionar al animal un espacio cómodo y cálido para descansar.

    4. Revisiones veterinarias. Nada mejor que los chequeos veterinarios para evitar este tipo de trastornos. Recuerda acudir siempre al especialista ante cualquier señal de malestar en tu peludo.

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