La ley obliga a los fabricantes de comida para mascotas a indicar en su envase todos los ingredientes que contiene el producto. El problema es que no siempre sabemos interpretar bien esta información, algo imprescindible si queremos elegir el pienso más adecuado para nuestro peludo. Te damos algunas pautas que te serán de gran ayuda.

De mayor a menor contenido
Como decíamos, la ley obliga a los fabricantes a enumerar todos los componentes de sus productos en el etiquetado. Y deben a hacerlo siguiendo un orden, posicionando en primer lugar el ingrediente que esté presente en una mayor cantidad.

Por tanto, el orden de la lista de ingredientes es fundamental para determinar si un pienso es de buena o mala calidad. Asimismo, el etiquetado debe incluir los porcentajes de cada uno de ellos, de forma que podamos saber su verdadero valor nutricional.

Proteína animal
El perro es principalmente carnívoro, por lo que el componente base del pienso ha de ser carne o pescado. Este debe situarse en el primer lugar de la lista y abarcar al menos un porcentaje del 80%.

Por otro lado, hay que asegurarse de que esta carne sea de alta calidad. Es importante que sea carne deshidratada; de no ser así, no es conveniente que supere el 25%.Si en la etiqueta se dice que la carne es fresca o no se especifica, lo más probable es que no sea rica en nutrientes.

Asimismo, las palabras ‘subproductos animales’en el etiquetado de los piensos son un motivo para desconfiar. Esto se refiere a zonas como las plumas, el pelo, el pico o los intestinos de los animales, todos ellos ingredientes de bajo valor proteico.

Proteína vegetal
Respecto a las proteínas vegetales, existe un acalorado debate en la actualidad sobre su presencia en las dietas caninas. Mientras que algunos recomiendan prescindir de estos alimentos, otros tantos los consideran adecuados en pequeñas cantidades.

Muchos piensos son complementados con algunas fuentes de carbohidratos, como el arroz, la patata, el maíz, los guisantes y los cereales. En cualquier caso, su porcentaje de contenido debe ser bajo y situarse entre los últimos componentes de la lista.

Posibles manipulaciones
A veces las grandes industrias anteponen el beneficio económico al bienestar animal. De ahí que elaboren sus etiquetas dando lugar a confusiones para incrementar las ventas.

Un truco clásico es el de la ‘partición’ de cereales; es decir, enumerar los tipos cereales que contenga el producto y su porcentaje por separado, de manera que éstos parezcan menores y se sitúen en los últimos lugares de la lista de ingredientes. Si sumamos todos estos cereales, podremos comprobar que su contenido es incluso más alto que el de la carne.

Otro dato a tener en cuenta es la publicidad engañosa. Frases como ‘Sabor a pollo’ o ‘Con pollo’ deben hacernos desconfiar, pues suelen reflejar un contenido en carne muy bajo e incluso ausente.

Asesoramiento veterinario
La dieta de nuestro perro no es algo que debamos tomarnos a la ligera. Su alimentación determinará su estado de salud presente y futuro, marcando una enorme diferencia en su esperanza de vida.

Por ello, a la hora de elegir el pienso adecuado lo mejor es consultarlo con nuestro veterinario de confianza. Él conoce bien las características individuales de tu peludo y podrá recomendarte los productos más apropiados.

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