A veces los animales de corral son víctimas de grandes descuidos y desatenciones por parte de sus dueños. Pero la realidad es que, sin los cuidados necesarios, no sólo puede resentirse su salud, sino también la nuestra. Hoy nos centramos en las gallinas, en las enfermedades que pueden sufrir y en sus métodos de prevención.

Miclopasmosis
Esta enfermedad respiratoria afecta a diferentes aves, sobre todo a gallinas y pavos. Tiene lugar debido al ataque de unos microorganismos llamados micoplasmas, que se transmiten por vía directa como el contacto con otros animales infectados o sus utensilios. Por ello es más frecuente en gallinas que son aglomeradas en un espacio insuficiente.

Estos micoplasmas dañan el sistema inmunitario de las aves provocando grandes dificultades respiratorias, como la enfermedad respiratoria crónica o el síndrome de los sacos aéreos. Para evitar esta clase de problemas hay que mantener una buena higiene en su espacio, así como llevar al día las vacunas y las revisiones veterinarias.

Enfermedad de Marek
Entre los trastornos más graves que pueden afectar a estos animales encontramos la enfermedad de Marek, que se presenta con mayor frecuencia en pollos de cuatro a ocho semanas. Sus síntomas abarcan desde la aparición de tumores hasta parálisis. Necesita atención veterinaria inmediata, pues aunque esta enfermedad no tiene cura, si el ave es joven podemos salvar su vida.

Viruela aviar
La viruela aviar se manifiesta a través de ampollas en el cuerpo de la gallina, especialmente en las patas y la cara. Dependiendo del tipo de viruela del que se trate puede afectar tanto a su piel como a su sistema respiratorio. Es muy contagiosa, por lo que es necesario aislar al animal infectado. Su tratamiento requiere la administración de antibióticos y de algunos suplementos vitamínicos.

Gripe aviar
Seguramente hayas oído hablar de la famosa gripe aviar gracias a la alarma social que surgió hace unos años y que atemorizó a gran parte de la población. A priori, esta enfermedad no parece demasiado peligrosa, pues sus síntomas son similares a los de una simple gripe. Sin embargo, puede causar la muerte de una gallina en cuestión de días. Por ello, ante la aparición de secreciones mucosas, oculares, pérdida del apetito y descoordinación, hay que acudir al veterinario rápidamente.

Coriza infecciosa
La coriza infecciosa tiene síntomas similares a la anterior: hinchazón en la cara, secreciones nasales y oculares, tos, dificultades respiratorias, estornudos, ausencia de huevos… Se trata de una patología bacteriana, por lo que puede tratarse con antibióticos, pero si está muy avanzada a veces no llega a curarse.

Enfermedad de Newcastle
Es altamente contagiosa, por lo que nuestra primera medida ha de ser aislar al animal y acudir al veterinario. Huevos con formas anómalas, espasmos, diarreas, descoordinación y dificultades respiratorias son algunos de sus síntomas. Es letal y también peligrosa para las personas, por lo que es muy importante administrar la vacuna pertinente para prevenirla.

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