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    ¡Cuidado con la oruga procesionaria! Puede ser mortal para tu perro

    6 marzo, 2019

    La oruga procesionaria del pino está presente desde febrero hasta abril, aunque este período puede variar debido a las alteraciones climatológicas. Conviene, por tanto, mantenerse alerta durante los paseos con tu perro, ya que el simple contacto con este insecto puede costarle la vida.

    Conociendo al enemigo
    Para vencer al enemigo hay que conocerlo bien. En este caso, debes saber que la oruga procesionaria es el antecedente de la Thaumetopoea pityocampa, una polilla que habita en zonas cálidas.

    Esta polilla pone sus huevos en los árboles, donde permanecen hasta que las orugas nacen al comienzo de la primavera. Es entonces cuando descienden y caminan por el suelo buscando un lugar donde enterrarse, formar su crisálida y salir de ella una vez sean adultas. Como dato curioso, esta polilla sólo vive 24 horas.

    ¿Por qué es tan peligrosa?
    La oruga procesionaria está considerada como la plaga más destructiva del pino, pero no sólo es peligrosa para este árbol. También lo es para animales como el perro, que puede sufrir graves consecuencias con su simple contacto.

    Y es que estas pequeñas asesinas tienen un arma muy poderosa: los aproximadamente 50.000 pelos altamente venenosos que cubren su cuerpo. El asunto se agrava si tenemos en cuenta que esta oruga puede desprender estos pelos e intoxicar por vía aérea.

    Basta con que un perro la olfatee, sin llegar a tocarla, para sufrir consecuencias negativas. El problema es que la forma de caminar de esta oruga, que se mueve en largas hileras formadas por varias de ellas, suele llamar la atención de nuestros peludos.

    Síntomas de intoxicación
    Como decimos, la toxicidad de la procesionaria es especialmente potente. Tan sólo con aproximarse a ella, el perro puede sufrir un fuerte bloqueo en las vías respiratorias. Los síntomas de alarma se presentan inmediatamente y son los siguientes:

    1. Hipersalivación.
    2. Inflamación del hocico, cara, labios y/ o lengua.
    3. Picor e irritación cutánea.
    4. Ampollas.
    5. Nerviosismo.
    6. Dificultades respiratorias.
    7. Fiebre.

    Cómo actuar
    Si tu perro toca o ingiere una oruga procesionaria, no hay tiempo que perder. Debes acudir urgentemente al veterinario para que pueda aliviar los síntomas y controlar el cuadro clínico. Dependiendo de la reacción que sufra el animal, se administrará un tratamiento u otro. Normalmente consiste en antibióticos, corticoides y antihistamínicos.

    Tú también puedes ayudar a tu peludo lavando la zona infectada cuanto antes; si es la boca, es importante que no se trague el agua. Debes hacerlo sin frotar para que los pelos de la oruga no se rompan, liberando con ello más toxicidad.

    Pasear sin peligro
    No existen repelentes contra este insecto, por lo que la mejor estrategia es evitarlo. Para empezar, conviene no frecuentar zonas con pinos, donde hay una mayor masificación de procesionarias.

    Debes permanecer muy atento durante los paseos y no dejar que tu perro olfatee sin comprobar antes que no hay orugas por la zona. Si tienes jardín, asegúrate de que esté libre de insectos.

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