Lo ideal es que sean las propias madres las que saquen adelante a sus crías, pero a veces las circunstancias nos obligan a criar pájaros papilleros. Estos son aquellos que todavía dependen de su madre para alimentarse y que requieren unos cuidados muy especiales. Los resumimos en este artículo.

Calor y comodidad
A una edad tan temprana, las aves aún están comenzando a desarrollar sus plumas, por lo que no pueden protegerse bien del frío. Por ello, debemos proporcionar a nuestro pequeño su propio ‘nido’ usando una caja de madera, algodón, hojas y fibras de ramas.

Tenemos que situar este nido en un lugar cálido y tranquilo. Si es necesario, podemos recurrir a una fuente de calor infrarroja o a mantas de calor eléctricas, siempre manteniendo una distancia prudencial y asegurándonos de no quemar la piel del animal.

Trato delicado
Hay que tener en cuenta que es un animal muy pequeño, por lo que el trato que le demos debe ser muy delicado. Mucho cuidado al cogerlo, pues sus huesos son muy delgados, y también hay que tomar precauciones con las alturas.

Alimentación
Tal y como su nombre indica, la forma correcta de alimentar a un pájaro papillero es hacerlo con papilla. La encontramos en tiendas especializadas en forma de polvo, que hay que mezclar con agua templada (aproximadamente 37ºC) hasta que adquiera una consistencia de yogur.

Para alimentar al pequeño, hay que meter esta papilla en una jeringuilla e introducirla muy poco a poco en su boca, parando continuamente para dejar que trague bien. Siempre con mucha suavidad, despacio y derrochando paciencia.

Respecto a la cantidad, cada toma debe ser de entre cuatro y nueve mililitros, en función del crecimiento del pájaro. Cuando es muy joven, la frecuencia ha de ser de dos horas, para después ir espaciándolas con el paso del tiempo. Aproximadamente a los 60 días podrá comenzar a alimentarse él solo.

Estas son algunas pautas básicas, pero lo cierto es que cada especie tiene unas necesidades diferentes. Por ello lo más conveniente a la hora de criar a nuestro papillero es que consultemos todos los detalles con un veterinario especializado en aves o con un criador de esa especie en concreto.

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