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    Cataratas en el gato: síntomas, tratamientos y procedimiento quirúrgico

    29 enero, 2019

    Las cataratas son frecuentes en los gatos, especialmente cuando alcanzan la tercera edad. Este trastorno reduce su capacidad visual, aunque dependiendo de algunos factores puede ser más bien leve o causar una ceguera total. Te contamos todo lo que debes saber sobre este problema ocular.

    Qué son las cataratas
    Se denominan cataratas a las opacidades que aparecen de forma natural en la lente o cristalino del ojo, situado detrás del iris y la pupila. Son una especie de ‘capas’ que dificultan la entrada de la luz, lo que reduce la visión.

    Pueden manifestarse de diferentes maneras: en un ojo o los dos, causando una opacidad total o parcial, en forma de rayas o puntos, etc. Las causas que las provocan son variadas, desde hereditarias hasta enfermedades sistémicas como la diabetes, siendo más común en gatos ancianos.

    Cómo saber si tu gato las tiene
    Las cataratas se manifiestan en el gato de la misma manera que en los seres humanos. Son muy fáciles de identificar, ya que dan lugar a señales físicas bastante evidentes.

    Para empezar, aparece una especie de manchas nebulosas de color blanquecino o azulado en las pupilas. Pueden comenzar siendo pequeñas y crecer con el paso del tiempo hasta cubrir el ojo por completo.

    Además, cuando un felino se enfrenta a este problema, es común verlo tropezar, caminar con inseguridad y desorientarse. Los ojos llorosos y las secreciones nasales también son habituales si las cataratas son de origen infeccioso.

    ¿Qué hacer?
    Como siempre recomendamos, ante estas señales se debe acudir al veterinario cuanto antes. Sólo el especialista puede hacer un diagnóstico fiable y administrar un tratamiento.

    Cuando las cataratas son leves suele bastar con aplicar un colirio antiinflamatorio para aliviar las molestias. A veces incluso puede remitir el problema, especialmente si el gato es cachorro.

    En otras ocasiones es necesario recurrir a la cirugía, es decir, a una resección quirúrgica del cristalino o los cristalinos afectados. Consiste en reemplazarlos por unos cristalinos artificiales y es el único método efectivo al cien por cien.

    Este procedimiento siempre ha de ser realizado por un experto en oftalmología felina con amplia experiencia. Suele tener un alto coste económico pero todo es poco con tal de garantizar el bienestar de tu minino.

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