Los gatos tienen asombrosas cualidades que todavía siguen siendo un misterio para la ciencia. Recientemente un equipo de investigadores ha decidido resolver una de estas incógnitas y estudiar el funcionamiento de la mayor herramienta de aseo de los mininos: su lengua. Desvelamos su secreto.

‘Espinas’ en la lengua
¿Te has preguntado alguna vez por qué la lengua de los gatos es áspera? Se debe a los cientos de espinas puntiagudas que la cubren, llamadas papilas. Los expertos ya tenían constancia de esto, aunque hasta ahora creían que la forma de estas papilas era cónica.

Ahora un estudio publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ demuestra que estas finas estructuras tienen las puntas curvadas y huecas, similares a la forma de una cuchara.

Almacenamiento y distribución
Gracias a ello, las papilas cumplen una inmejorable función de almacenamiento y distribución. Y es que la saliva del minino queda aglomerada en su parte hueca, es decir, en la cavidad interna de cada papila. En concreto, cada una llega a reunir hasta 4,1 microlitros.

Después, su parte fina actúa como una especie de ‘pajita’, absorbiendo el líquido hacia el extremo. En palabras de Alexis Noel, coautora del estudio junto a David Hu, “Cuando el gato se lame, logra atraer estos fluidos hacia las puntas y hacer que penetren profundamente en el pelo”.

Para averiguar todo esto, el equipo de científicos grabó imágenes en alta velocidad de gatos lamiéndose y estudiaron minuciosamente cada movimiento. Asimismo, analizaron la lengua de seis especies diferentes de felinos: puma, tigre, gato montés, leopardo de las nieves y león.

¿Es un sistema eficaz?
Puede que te preguntes si el sistema de los lametones es realmente eficaz. La respuesta es afirmativa, pues no sólo permite al minino extender un 50% de saliva sobre su pelo. También le sirve para refrescarse, regular su temperatura corporal y prevenir los parásitos externos.

Sin embargo, no por ello debes dejar todo el trabajo a tu peludo. También es importante que le cepilles a diario para eliminar restos de suciedad y pelo suelto. Sin olvidar los baños ocasionales, necesarios cuando el minino se ha ensuciado mucho.

Además, hay que tener en cuenta que para que el aseo sea completamente efectivo, la lengua ha de establecer contacto con la piel. Por tanto, a los mininos con un pelaje tan denso como el del gato persa les cuesta mucho más acicalarse mediante lengüetazos.

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