Para muchos la mantis religiosa es una de las criaturas más terroríficas del planeta, mientras que para otros es un animal extraordinario. De hecho, son muchos los que deciden tener uno o varios de estos insectos como mascota, pero, ¿es una buena idea? Analizamos los pros y los contras.

Un terrario adaptado
Aunque el mantenimiento de la mantis parece sencillo, en realidad requiere unas necesidades muy específicas que no siempre son fáciles de satisfacer. Para empezar, necesita un terrario amplio y un sustrato especialmente diseñado para absorber la humedad.

La buena noticia es que estos insectos no ensucian demasiado, pero aún así debes mantener limpio su terrario para evitar mal olor e infecciones. Esto cobra mayor sentido durante la época de muda, en la que encontrarás restos de piel. Eso sí, en ningún caso debes usar detergentes, sólo agua tibia.

Mucho espacio
A la mantis le gusta moverse de un lado a otro, saltar e incluso volar, por lo que su terrario tiene que ser muy amplio. Ha de ser al menos cinco veces superior al largo y ancho del animal; de lo contrario, la falta de espacio para moverse podría resultar mortal para ella.

Además, hay que incorporar ramas y hojas para que la pequeña trepe, se esconda y se sienta en su entorno natural. Por otro lado, la humedad es muy importante para la mantis, por lo que hay que incorporar un humidificador y un medidor de temperatura en el terrario.

Una alimentación muy específica
Habrás de alimentar a tu mantis cada dos o cuatro días, dependiendo de su especie, tamaño y sexo (las hembras necesitan más comida). Su dieta es un tanto peculiar. Le gusta cazar otros insectos como moscas, avispas, grillos y saltamontes, por lo que lo ideal es introducirlos en el terrario y dejar que la mantis haga su función depredadora.

¿Es una buena mascota?
Como puedes ver, mantener a una mantis no es sencillo. Requiere todos estos cuidados y, además, se escapa fácilmente. Asimismo, al ser un animal salvaje y solitario, odia estar enjaulada y se siente más a gusto en su entorno natural.

Por todo ello nuestra recomendación es que no adquieras una de estas pequeñas en tu hogar si no estás seguro de poder proporcionarle los cuidados adecuados.

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