A pesar de su fama de huraños, los gatos son sensibles, nobles y cariñosos. Pero también territoriales, lo que puede dar lugar a problemas de convivencia con otras mascotas. En esta ocasión te damos algunos trucos para lograr que tus mininos se conviertan en los mejores amigos.

El origen del problema
Para acabar con las peleas entre tus gatos, es importante comprender el porqué de su comportamiento. Puede deberse a varios factores, siendo el más común el instinto territorial. Los felinos defienden ferozmente su hogar y recursos (comida, bandeja de higiene, cama, etc.); de ahí que las peleas sean más comunes cuando un gato nuevo acaba de llegar a casa.

Otra causa frecuente es el estrés. Los gatos domésticos suelen llevar una vida muy sedentaria, algo que da lugar a ciertos problemas de comportamiento, como la agresividad. El celo también puede originar estas peleas, así como la ausencia de rascadores y juguetes.

¿Qué hacer?
Los continuos conflictos entre gatos domésticos no sólo resultan incómodos. Pueden desembocar en problemas mucho más graves, como heridas o accidentes. Afortunadamente, con unos cuantos trucos puedes lograr que tus mininos se lleven a la perfección.

1. Esterilización. Al ser esterilizado, el gato suaviza su instinto territorial, especialmente si es macho. Esto le ayuda a aceptar la llegada de otros animales a casa.

2. Una buena presentación. El primer contacto entre los gatos ha de ser suave y gradual, especialmente si estás introduciendo un minino nuevo en casa. Piensa que para los gatos que ya tienes, este último sería un intruso.

La presentación entre ellos ha de llevarse con mucho cuidado. Una buena idea es dejar que tus otras mascotas olfateen al nuevo felino primero dentro del transportín. También se recomienda rociar feromonas por la casa para que se relajen. Se aconseja no dejarles solos durante los primeros días.

3. Recursos para todos. Cada gato ha de contar con su propio comedero, bebedero, una bandeja sanitaria exclusiva, juguetes y al menos un rascador. Lo mejor es delimitar el territorio de cada uno de ellos, posicionando los complementos de cada gato en una habitación diferente. Así reducimos el riesgo de peleas.

4. Refuerzo positivo. El refuerzo positivo es clave en todo proceso de adiestramiento. Cuando los mininos se relacionen de la forma correcta, se les debe premiar con golosinas y caricias. Así, poco a poco asociarán su compañía con algo positivo.

5. Respetar su jerarquía. Mientras que algunos felinos adoptan una posición de dominancia, otros se muestran sumisos. Es una jerarquía que debes respetar si quieres que exista armonía entre ellos.

¿Cómo parar una pelea?
Además de todas estas medidas de educación y prevención, conviene saber cómo parar una pelea entre gatos. Una forma es emitir un sonido fuerte, como un silbido o un aplauso, para captar su atención y que dejen la batalla de lado. Otro truco es rociar agua sobre ellos para que salgan huyendo y olviden la disputa.

De cualquier modo, lo que nunca hay que hacer es separarles con las manos, ya que podrían arañarte. Por su parte, los castigos físicos quedan totalmente descartados, pues con ellos sólo conseguirías agravar el problema.

Si a pesar de seguir estos consejos tus mininos siguen siendo grandes enemigos, no dudes en contactar con un etólogo felino. Él te ofrecerá un tratamiento personalizado y sabrá cómo acabar con el problema.

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