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    Por qué hay que pensárselo dos veces antes de tener un pollo como mascota

    22 febrero, 2019

    Hace algunos años tener un pollito como mascota era algo muy común entre los niños; de hecho, hasta regalaban a estos animales en los mercados, a veces hasta teñidos de colores. Aunque ahora no es tan frecuente, conviene saber los inconvenientes de tener a uno o varios de estos pequeños en casa.

    Un sitio amplio
    Un pollo necesita un espacio especial, una zona tranquila donde colocar su jaula, que debe ser amplia y segura. Sin embargo, el animal no puede permanecer encerrado durante todo el día. Necesita libertad, poder salir durante horas cada día para mantener su cuerpo y mente equilibrados.

    Un recinto cerrado, como un jardín o una terraza, sería perfecto. También hay que tener en cuenta la temperatura de esta zona. Es muy importante que no pase frío, pero aunque se recomienda la luz solar, debes asegurarte de que el pollito no pase demasiado calor. Esto podría ser mortal para él.

    Alimentación específica
    La dieta del pollo debe estar específicamente diseñada para él. Ha de componerse de ingredientes como el maíz, las pipas de girasol o el trigo, además de vegetales verdes como las espinacas o las hojas de col. Existen preparados en el mercado.

    Limpiezas frecuentes
    Un pollito es tierno, suave, delicado… y sobre todo, adorable. Pero también es bastante sucio. Hay que limpiar su jaula a menudo, al menos una vez al día, para evitar infecciones y malos olores. Es importante retirar los restos de comida y mantener su agua siempre limpia y fresca.

    Veterinario exótico
    No todos los veterinarios pueden atender aves. Sólo un veterinario especializado en exóticos sabe qué es lo conveniente para estos animales. Necesitan revisiones, vacunas y la asistencia suficiente para ayudarles a evitar enfermedades. El problema es que los veterinarios exóticos no suelen tener la misma disponibilidad que aquellos que atienden a mascotas tradicionales.

    Etapa adulta
    No hay que olvidar que los pollos se hacen adultos al alcanzar el año de edad; es decir, pasan a convertirse en gallos o gallinas. Evidentemente, si no contamos con un espacio bien adaptado, como un gallinero o un corral, no podremos mantener a los animales en buenas condiciones.

    Además, hay que tener en cuenta que ambos son muy ruidosos, especialmente los gallos, por lo que tenerlos en un piso puede traernos muchos problemas. Por no hablar de la falta de espacio y la suciedad.

    En conclusión, los pollos pueden ser ideales como mascotas si contamos con un recinto bien adaptado y la suficiente capacidad económica para mantenerlos una vez sean adultos.

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