El olfato es, sin duda, el sentido más importante del perro. A través de él percibe su entorno con nitidez, detecta las amenazas y se comunica con los demás. Por ello, entre otros motivos, se recomienda ayudar a nuestros peludos a ejercitar su capacidad olfativa mediante juegos. Te proponemos algunos que seguro le entusiasmarán.

El escondite
El famoso juego del escondite es todo un clásico al que puedes jugar con tu perro. Se trata simplemente de esconder algún objeto que despierte su interés (como comida o juguetes) en un rincón de la casa y animarle a que lo busque. Puedes empezar escogiendo lugares sencillos para después elevar el nivel del juego y buscar rincones más complicados.

Esta actividad no sólo le ayuda a estimular su olfato, lo que a su vez favorece su equilibrio físico y mental. También es útil para enseñarle las órdenes básicas de adiestramiento (busca, quieto, ven…).

El sembrado
Es otro juego tradicional, muy parecido al anterior. Consiste en esparcir comida o premios por varios rincones de la casa, de manera que el pequeño tenga que seguir el rastro hasta conseguir todos ellos. Al igual que en el caso anterior, puedes comenzar dejando los premios a la vista y ocultarlos mejor con el paso del tiempo.

Este ejercicio aporta grandes beneficios para el animal. Además de ejercitar su olfato, le ayuda a relajarse, pues con él da rienda suelta a su instinto rastreador y siente que ha realizado con eficacia ‘su trabajo’. Es importante comenzar el juego cuando el can se encuentre calmado y no en un estado de agitación.

El trilero
Es uno de los juegos más sencillos y divertidos de la lista. Basta con coger dos vasos de plástico idénticos que no sean transparentes, ponerlos boca abajo y ocultar dentro de uno de ellos un premio. Después hay que moverlos rápidamente para despistar al perro, cambiándolos de sitio, y dejar que olfatee para averiguar en cuál de ellos se encuentra la comida.

Existen algunas variantes de este juego. En lugar de vasos puedes usar cajas o cualquier otro recipiente, e incluso tus propias manos con el puño cerrado. Recuerda que una vez encuentre el premio, ha de poder comerlo para recibir su recompensa y sentirse satisfecho.

Alfombra de olfato
Puede que te suene algo extraño, pero hace tiempo que la llamada ‘alfombra de olfato’ se convirtió en un elemento muy popular entre nuestros peludos. Se trata de una especie de alfombra formada por flecos largos y tupidos entre los cuales puedes ocultar golosinas y trozos de comida. La función del perro en este caso es buscar entre los flecos para conseguir los premios.

Todos estos juegos son mucho más que un simple entretenimiento. Ayudan al peludo a fortalecer su olfato, equilibrar su mente, satisfacer sus instintos y estrechar el vínculo con los suyos. Ahora que sabes todo esto… ¡A jugar!

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