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    ¡Mi hámster me muerde!

    6 diciembre, 2019

    Tú cuidas, alimentas y ofreces tu amor incondicional a tu hámster. Y él te corresponde… ¡mordiéndote! Si te reconoces en esta situación, debes comenzar por averiguar el origen del problema y tomar medidas para que tu pequeño y tú podáis volver a convivir en armonía. No te pierdas los siguientes consejos.

    ¿Por qué muerde?
    Para solucionar este problema, tendrás que averiguar qué factor o factores lo han originado. Uno de los motivos más comunes es la falta de socialización, pues muchas veces cometemos el error de dejar que estos roedores vivan encerrados en sus jaulas y no interactuamos lo suficiente con ellos.

    Otra causa frecuente son los traumas. Si el hámster ha sufrido malas experiencias en el pasado, adquirirá un carácter temeroso e inseguro que se traducirá en una fuerte agresividad. Sin olvidar las causas físicas, es decir, el dolor en determinadas zonas de su cuerpo. Esto suele dar lugar a cambios de comportamiento repentinos.

    Cómo evitarlo
    Como decíamos, la solución dependerá del origen del problema, pero existen algunas pautas básicas que puedes seguir para ganarte el amor de tu hámster.

    1. Pasar tiempo juntos. El pequeño ha de acostumbrarse a tu compañía. Para ello has de derrochar mucha paciencia, moviéndote siempre lentamente a su lado, evitando a toda costa los movimientos bruscos. No le presiones, simplemente mete la mano dentro de su jaula y espera a que sea él quien se acerque a ti. Has de repetir esta rutina todos los días.

    2. Libertad. El pequeño también necesita sus ratos de libertad para hacer ejercicio y despejar su mente. Prepara una zona exclusiva para él, libre de peligros y llena de juegos, y deja que se divierta unas horas diarias. Después se encontrará mucho más relajado y prácticamente se olvidará de morder.

    3. Tranquilidad. Ante situaciones de estrés, los hámsters suelen reaccionar mordiendo. Mantén su zona en un entorno tranquilo donde el pequeño se sienta seguro, libre de ruidos fuertes y con poco tránsito.

    4. Mucho cariño. Una vez ganes la confianza del pequeño, deberás lograr que adore tu compañía. Las caricias y las palabras amables te servirán de gran ayuda, así como darle piezas de comida desde tus propias manos.

    Para que deje de morder…
    También es importante saber cómo hay que reaccionar ante los mordiscos. Cuando tu hámster decida ‘darte un bocado’, hazle saber que eso está mal soplándole levemente en la cara o dándole unos golpecitos suaves en el hocico. Por el contrario, cuando sea cariñoso contigo, recompénsale con comida y caricias. Con el tiempo aprenderá que ese es el camino correcto.

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