Arañar es algo completamente natural en los gatos, pues es su método para limar y afilar las uñas. El problema es que para ello suelen usar nuestros muebles, lo que implica una verdadera destrucción de nuestro hogar. La buena noticia es que podemos acabar con este molesto hábito siguiendo unas determinadas pautas.

¿Por qué arañan los gatos?
Para afrontar este problema, primero debemos entender el porqué de estos desagradables arañazos. Para empezar, las señales que dejan son una forma de comunicación para los gatos, ya que de esta manera avisan de su presencia a otros animales y marcan su territorio.

Arañar también les ayuda a liberar el estrés y mejorar el estado de sus uñas, pues con ello eliminan las células muertas y las liman. Realmente, este hábito es imprescindible para el bienestar físico y psicológico de estos animales.

Cómo evitar que arañe tus muebles
Pero todo esto no quiere decir que debamos dejar que el minino destroce nuestros muebles. Existen varios trucos para alejar sus garras de nuestros objetos y mobiliario.

1. Rascadores. Estos accesorios son nuestros mejores aliados para resolver este problema. Si tienes gato, no pueden faltar unos cuantos rascadores en tu casa. Le ayudarán a descargar tensión, a liberar su instinto animal, a limar sus uñas y a distraerse.

Existen muchos modelos en el mercado, aunque por lo general los felinos se decantan por aquellos con formas verticales. Para acabar con los arañazos se recomienda ubicar uno o varios rascadores cerca de los muebles que el pequeño suela rasgar.

2. Prohibido regañar. Regañar o gritar a tu gato sólo servirá para asustarle y hacer que te pierda confianza. La idea es desviar su atención; cada vez que vaya a rasgar donde no debe, se le ha de decir un firme ‘no’ y llevar al rascador. También hay que premiarle cuando arañe donde debe. El refuerzo positivo es la manera perfecta de redirigir su conducta.

3. Uñas cuidadas. Uno de los motivos por los que un gato puede desahogarse con los muebles es mantener sus uñas en buen estado. Es importante revisarlas frecuente para asegurarse de que no están astilladas, torcidas o demasiado largas. El veterinario también debe revisarlas y cortadas a menudo.

4. Feromonas. Las feromonas sintéticas cada vez son más comunes para paliar los problemas de comportamiento en los gatos, dado su fácil uso y su gran efectividad. Pueden conseguirse en cualquier tienda especializada en mascotas y basta con rociarlas sobre el rascador para hacer que el animal se interese por él y deje de lado nuestros muebles.

5. Cubrir los muebles. Este proceso de aprendizaje puede llevar un tiempo, por lo que es buena idea proteger nuestros muebles mientras tanto. Puedes usar, por ejemplo, sábanas viejas o plásticos.

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