Quedan apenas unos días para celebrar la Nochevieja, lo que es sinónimo de diversión, fiesta y alegría. Sin embargo, puede que tu perro no lo vea así, ya que el bullicio de esta noche suele resultar muy estresante para estos peludos. Si quieres saber cómo ayudarle a despedir el año de la mejor manera, presta atención a nuestros consejos.

Cuidado con la comida
Durante esta noche, nuestra mesa se llena de alimentos típicos de la Navidad: bombones, turrón, mazapanes, polvorones… Todos estos productos son dañinos para los perros, por lo que en caso de darle un capricho a tu peludo, debe ser un producto especialmente diseñado para canes.

Las uvas de la ‘mala’ suerte
Se dice que comerse 12 uvas al compás de las campanadas da buena suerte, pero para tu perro es todo lo contrario. Muchos se empeñan en hacer que su perro participe de esta tradición, ignorando que estas frutas pueden provocarle vómitos, diarreas, aceleración cardíaca e incluso insuficiencia renal, entre otros graves problemas.

Ambiente agradable y tranquilo
Recuerda que tu perro no comprende lo que está pasando y que la música fuerte y los gritos, aunque sean de alegría, pueden asustarle. Procura que el ambiente sea tranquilo en tu casa, especialmente en lo que se refiere a los niños.

Vigila por donde paseas
La hora del paseo puede ser conflictiva el 31 de diciembre, más aún por la noche. Por ello, será mejor que saques a tu perro horas antes de la cena y siempre por lugares tranquilos e iluminados, evitando a toda costa los petardos.

También es importante que le lleves atado y que te asegures de que la correa y el collar están en buen estado, pues el animal puede asustarse si escucha un ruido fuerte y tratar de salir corriendo.

Cierra ventanas y puertas
La pirotecnia puede convertirse en el gran enemigo de tu perro. Lograrás minimizar los ruidos de los petardos cerrando todas las puertas y ventanas de tu casa. Si es necesario, también puedes poner música, pero no demasiado alta.

Mucha paciencia
Si tu perro decide esconderse un rato para huir de todo el jaleo, no le fuerces a salir. Deja que descanse donde él quiera, pero tampoco le ignores. Mantente atento a su estado y ayúdale a sentirse a salvo mediante caricias y palabras amables.

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