Aunque sea considerado un animal exótico, la cobaya es una mascota común en nuestros hogares. Pero paradójicamente, solemos cometer graves errores en sus cuidados debido a los falsos mitos que circulan sobre ella, tan extendidos actualmente. Hoy desmentimos algunos de ellos y te enseñamos a cuidar correctamente a tu pequeña.

Encerrada en una jaula
Puede que este sea el error más común entre los dueños de cobayas y también uno de los más perjudiciales para este animal. Mantener encerrada a tu pequeña en una jaula durante todo el día puede dar lugar a problemas como la obesidad, afecciones cardiovasculares, atrofia muscular, gases y trastornos del comportamiento, entre otros.

La cobaya necesita un espacio amplio y seguro en el que poder caminar y hacer ejercicio. Lo ideal es reservar una zona exclusiva para ella, un área libre de peligro y protegida de la que no pueda escapar. También conviene dejar que se mueva libremente por la casa, pero siempre bajo nuestra atenta supervisión.

Higiene deficiente
La pequeña ha de contar con su propia bandeja sanitaria, que debes cambiar a diario. La misma tiene que incluir un lecho de calidad, que no genere polvo y que absorba bien el olor. Los lechos de papel y de lana, por ejemplo, son muy recomendables.

Frutas inadecuadas
Si bien la fruta es un complemento alimenticio ideal para la cobaya, no todas son beneficiosas. Aquellas con alto contenido en fructosa perjudican su organismo, por lo que han de ser totalmente descartadas. Las más recomendadas son las que tienen un bajo contenido calórico, como la manzana, la pera, la sandía y el kiwi. Siempre en pequeñas cantidades.

Falta de heno
Siguiendo con la alimentación, esta debe basarse principalmente en heno, llegando a representar un 75% de su dieta. El pienso y las frutas tienen que ser complementarios. De lo contrario, el animal podría sufrir un importante déficit de nutrientes.

Soledad
Las cobayas son muy sociables, por lo que es importante que no se sientan solas. No solo necesitan tu cariño y compañía, sino que también se aconseja tener más de un ejemplar para que puedan interactuar entre ellas.

No llevarla al veterinario
Al contrario de lo que muchos creen, la cobaya también necesita ir al veterinario. Ha de cumplir con sus revisiones semestrales, en las que el especialista debe analizar el estado de sus dientes y uñas, entre otros muchos aspectos. Y por supuesto, ante cualquier mínima señal de enfermedad, hay que acudir rápidamente a una clínica veterinaria.

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