A menudo el mundo animal nos regala historias como la de Pippin, un burro que pasó gran parte de su vida encerrado y maltratado. Afortunadamente, la suya tiene un final feliz gracias al santuario Compasión Animal. Te la contamos.

Sin derechos
La vida de Pippin no ha sido nada fácil. Durante más de 12 años, el pobre animal fue vendido una y otra vez sin recibir el cariño de ninguno de sus dueños. Así lo creen los voluntarios del santuario valenciano Compasión Animal, quienes acudieron a rescatarlo tras el aviso de un conocido.

Lo que vieron rompió su corazón. El burro se encontraba triste y sucio, con el cuerpo cubierto de arañazos y las pezuñas destrozadas. Su cansancio y condiciones físicas apenas le permitían levantar la cabeza.

Heridas físicas y emocionales
Pippin fue trasladado rápidamente al santuario, pero su proceso de recuperación no sería nada sencillo. El burro estaba aterrorizado, se asustaba de los voluntarios y apenas se dejaba tocar.

Además, su musculatura estaba muy débil debido a la deficiente alimentación y a la falta de ejercicio. El animal necesitaba dosis infinitas de paciencia y cariño, y eso fue precisamente lo que encontró en el santuario.

Un vínculo especial
Gracias al trabajo de los voluntarios, Pippin comenzó a perder el miedo y a ver posible una nueva vida. El gran ‘culpable’ de su recuperación es su cuidador y cofundador del santuario, Alberto Terrer.

Cada día, este hombre lograba acercarse cada vez más al asno, hasta crear una rutina diaria de besos y abrazos. Poco a poco el animal comenzó a corresponder a estas muestras de cariño de una forma tan efusiva que ha sorprendido incluso a sus propios cuidadores.

¡Y no es para menos! No te pierdas el vídeo, que ya cuenta con más de 250.000 reproducciones.

Gracias eternas
Hay quien opina que los animales no tienen la suficiente consciencia como para agradecer a los demás lo que hacen por ellos. Pero cuesta creer esa teoría con historias como las de Pippin y el santuario que le salvó la vida.

Si te interesa saber más sobre la evolución de Pippin, puedes visitar la web del santuario Compasión Animal y conocer más sobre su historia y la labor de sus voluntarios.

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