Existe un falso mito respecto a la adopción, y es que se dice que un perro adoptado es más difícil de educar. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que con paciencia y algunos trucos puedes solucionar cualquier problema de comportamiento que presente el pequeño.

Por qué adoptar es una buena idea
Adoptar una mascota es una de las mejores experiencias que puedes vivir. Piensa que los refugios están repletos de animales en busca de una segunda oportunidad, dispuestos a darte todo su cariño y ser tus mejores compañeros.

Al acoger a uno de ellos, no sólo le regalas un hogar y una familia. También ayudas a que las protectoras puedan seguir salvando vidas. Además, no alimentarás el negocio de la venta de animales.

Los primeros días
Los primeros días en casa pueden ser estresantes para un perro adoptado, ya que viene de un lugar muy diferente a un entorno doméstico. Por ello es fundamental que le permitas olfatear toda la casa y familiarizarse con ella, sin límites. Lo necesita para sentirse cómodo.

El problema es que puede que marque algunas zonas con su orina. En ese caso lo peor que puedes hacer es regañarle, ya que podría asustarse. La única forma de solucionarlo es sacándole a pasear todo lo que puedas y premiándole cada vez que orine en la calle.

Además, estos largos paseos le servirán para conocer su nuevo barrio y hacerlo su territorio. Por otro lado, le ayudarán a equilibrar su estado físico y mental. Establecer una rutina también le beneficiará.

Posibles traumas
Los perros en adopción no tienen por qué tener ningún problema de comportamiento, pero a veces se dan casos en los que arrastran ciertos traumas debido a su pasado. Por ello, pueden llegar a sentir miedo y/o desconfianza.

De ser así, deberás tener mucha paciencia y dejar que tu peludo gane confianza poco a poco. El refuerzo positivo será tu mejor aliado en este sentido; cada vez que el perro socialice con los demás, juegue o se tumbe a tu lado, sería conveniente darle una golosina.

Un trato suave y delicado también es fundamental. Piensa que el can ha sufrido mucha inestabilidad en el pasado y que ahora necesita tiempo para habituarse a su nueva familia.

Un adiestrador profesional
No hay que generalizar demasiado, pues todo este proceso depende de cada caso concreto. No obstante, si adviertes problemas de agresividad y miedo extremo, lo mejor será que acudas a un educador profesional. Él te dará pautas para lograr que el pequeño se adapte a la perfección a su nuevo hogar.

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