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    ¿Collar o arnés? Una decisión importante

    6 febrero, 2019

    En esta ocasión planteamos la eterna pregunta para cualquier dueño de un perro: ¿es mejor el collar o el arnés? Esta decisión, que puede parecer algo sin importancia, no debe tomarse a la ligera, ya que cada uno de ellos tiene unas ventajas y unos inconvenientes. Los analizamos a continuación.

    El collar: no apto para todos
    Hace algunos años que el collar perdió fuerza en el mercado de las mascotas. La razón es que no es adecuado para todos los perros, ya que puede dañar físicamente a aquellos que tiran demasiado de la correa. Puede ocasionar, entre otros problemas, pinzamientos en la médula, irritación en la garganta, contracturas, tos crónica, afecciones neurológicas y daños en la tráquea.

    Por ello, no es recomendable para peludos que tengan la costumbre de tirar de la correa. Tampoco lo es para aquellos que sufran problemas respiratorios o cardíacos.

    La realidad es que el collar sólo está indicado para perros que paseen tranquilamente. Aunque también puede ser utilizado durante un proceso de adiestramiento, siempre bajo las indicaciones de un educador canino.

    El arnés: ¿la mejor opción?
    Por todos estos motivos, los expertos suelen recomendar el uso del arnés. Sin embargo, no todos los modelos son válidos. Debe ser suave y mullido, fabricado con un material transpirable y resistente. Además, es muy importante que no provoque rozaduras en las axilas y el pecho.

    La principal desventaja del arnés es que hace que el perro se sienta más libre, por lo que controlar sus movimientos resulta más difícil, así como corregir sus malos comportamientos. Por tanto, quizá no sea adecuado para canes con problemas de conducta. En este caso, lo mejor sería consultarlo con un adiestrador profesional.

    Lo que necesita tu perro
    Como ves, tanto el collar como el arnés conllevan unos pros y unos contras a tener en cuenta. La realidad es que tu elección debe depender de las características de tu perro: edad, tamaño, carácter, etc.

    Lo más importante es que él se sienta cómodo y que tú puedas controlar bien sus movimientos para evitar situaciones desagradables. Insistimos en que no hay nadie mejor que un veterinario o un educador canino para asesorarte en este sentido.

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