En muchos aspectos, el gorila es uno de los animales más parecidos al hombre. No sólo gracias a factores genéticos, también debido a su comportamiento social y, dado lo descubierto recientemente, a su capacidad emocional. Y es que al parecer los gorilas velan los cadáveres de sus congéneres.

Se despiden de los suyos
A pesar de las muchas décadas de investigaciones sobre estos primates, todavía continúan siendo un misterio. Pero gracias al trabajo de la organización Dian Fossey Gorilla Fund, que lleva 50 años estudiando a estos animales, sabemos más sobre ellos.

Nos ponemos en antecedentes. En 2009, un equipo de expertos de esta organización grabó por primera vez el comportamiento de un grupo de gorilas del Parque Nacional de Volcanes de Ruanda frente a la muerte de Titus (35 años), su macho dominante. Observaron cómo los miembros de la manada se turnaban para permanecer unos minutos junto al cadáver de su líder, en un gesto que puede suponerse como un último adiós.

Un año más tarde los primatólogos presenciaron el ‘funeral’ de Tuck, una hembra de la misma manada de 38 años. Sus dos hijos permanecieron junto a su cadáver durante 20 días, e incluso uno de ellos trató de mamar de su pecho aunque hacía tiempo ya había sido destetado. Los ejemplares más adultos golpearon el cuerpo en un intento por despertarla.

Reciente investigación
Estos son dos de los casos más conocidos, pero no son los únicos. Los científicos del Dian Fossey Gorilla Fund observaron cómo un grupo de gorilas velaba el cadáver de un congénere que no pertenecía a su manada. Al encontrarse con un gorila de espalda plateada fallecido, se sentaron a su alrededor en silencio y olfatearon, lamieron y acicalaron al cuerpo.

Esto ocurrió en 2016, pero hace sólo algunas semanas que los medios se han hecho eco de esta investigación. Esta similitud entre miembros de su manada y desconocidos ha resultado especialmente llamativa para la comunidad científica.

Sin embargo, este equipo de expertos advierte de que aún no puede hablarse de duelo tal y como lo entiende el ser humano, pues las observaciones han sido ocasionales y aún queda mucho por estudiar.

No son los únicos
Los gorilas no son los únicos animales de nuestro planeta que presentan conductas determinadas frente a los cadáveres de ejemplares de su especie. Los elefantes africanos, por ejemplo, se congregan unos minutos sobre los cuerpos de los miembros de sus manadas, los tocan e incluso a veces arrojan tierra y hojas sobre sus cuerpos. Las jirafas actúan de una forma parecida, permaneciendo junto a sus familiares fallecidos durante días.

Dados todos estos datos, no es disparatado pensar que los seres humanos no somos los únicos que sufrimos por la muerte de nuestros seres queridos. No cabe duda de que somos más parecidos a los animales de lo que creemos.

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