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    Tiburón mako, el más veloz del océano

    12 julio, 2019

    El tiburón mako es una de las criaturas marinas más temidas por todos. Con un hocico largo y puntiagudo, una mandíbula extraordinariamente potente y un apetito insaciable, este depredador sabe cómo aterrorizar a la fauna marina. Y por si esto fuera poco, está considerado el animal marino más veloz del océano. Descubrimos más sobre este peculiar escualo.

    Asesino en serie
    Este tiburón, también llamado marrajo común o de aleta corta, tiene asombrosas cualidades para la caza. Para empezar, su cuerpo es hidrodinámico y robusto, lo que le otorga una gran agilidad. Esto, junto a otras habilidades, le ayuda a mantener una dieta de lo más variada.

    No sólo se alimenta de peces como el arenque, la caballa, el atún, el pez vela, el calamar o el bacalao. También es capaz de derrotar a un pez espada, al que considera un plato especialmente sabroso, así como a otros tiburones de igual tamaño.

    Sin embargo, el mako también tiene algunos depredadores. Es una víctima habitual de las orcas, así como del ser humano.

    Alta velocidad
    Además de todo esto, este animal destaca sobre todo por su impresionante velocidad. Llega a alcanzar los 124 kilómetros por hora, superando los 110 km/h del pez vela, que anteriormente ocupaba el primer puesto. Pero, ¿cómo logra esta hazaña?

    Lo consigue en gran parte gracias a su forma hidrodinámica, que le permite moverse por el agua con rapidez y precisión. Sin olvidar su aleta caudal en forma de media luna, que también le ayuda a mejorar su capacidad para cambiar de dirección repentinamente.

    Además de todas estas ventajas, el mako es homeotermo; es decir, mantiene su temperatura corporal estable, lo que aumenta su ya de por sí alta potencia muscular. Gracias a esta combinación de fuerza y velocidad puede realizar impresionantes saltos hacia la superficie.

    ¿Dónde vive?
    El tiburón mako habita en las aguas tropicales cálidas y en el mar Mediterráneo, a aproximadamente 500 metros de profundidad. Por lo general no constituye un peligro para el ser humano, pero si se siente amenazado, puede atacar. Y dadas sus cualidades como depredador, toda precaución es poca a la hora de acercarse a esta especie.

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