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    El secreto de los bigotes del gato

    22 abril, 2019

    Los bigotes son un auténtico símbolo del gato. Pero además de ser un rasgo característico de su anatomía, le aportan determinados ‘súper poderes’ que seguro te sorprenderán. Descubrimos el secreto que esconden los bigotes de los mininos.

    Las vibrisas o bigotes del gato
    En primer lugar, debemos aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de los bigotes del gato. También llamados vibrisas, son esos característicos pelos largos y rígidos que se encuentran en su hocico, cejas y en algunos casos también en la barbilla.

    Cada uno de estos felinos cuentan con entre 16 y 24 vibrisas divididas a ambos lados del hocico. En ningún caso deben ser cortados, pues no sólo son extremadamente sensibles, sino que cumplen funciones esenciales para su bienestar. Animales como el perro, el zorro y el conejo también tienen estos bigotes.

    Una guía en la oscuridad
    Estos bigotes funcionan como receptores sensoriales que perciben los obstáculos que encuentran a su alrededor y avisan al animal de su presencia. Esto ayuda a los gatos a moverse en la oscuridad sin chocarse con ningún obstáculo.

    Tanto es así que las vibrisas permiten saber al felino si cabe en el interior de algún agujero, ya que su longitud coincide con la anchura de su cuerpo. En un entorno natural, esto es vital para su supervivencia.

    Compensan sus problemas de visión
    Los gatos tienen una vista excelente a cierta distancia, pero les cuesta distinguir los objetos situados a menos de 30 centímetros de su cara. Para compensar esto, mueven sus bigotes hacia adelante para captar estímulos táctiles.

    Estos estímulos son dirigidos al cerebro, que codifica la información hasta crear una imagen detallada en tres dimensiones de aquello que tienen enfrente. Por tanto, estos bigotes son imprescindibles para una buena percepción de su entorno.

    Modo de comunicación
    Por si esto fuera poco, las vibrisas también son una importante herramienta de comunicación. Su posición nos informa sobre su estado de ánimo. Por ejemplo, si el felino mueve los bigotes completamente hacia atrás, puede que esté asustado y enfadado.

    En cambio, si se encuentra relajado, los mantiene a los lados, y los despliega como un abanico cuando está contento. Sin embargo, cuando siente curiosidad o se siente amenazado los extiende hacia adelante.

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