Bello, elegante y cariñoso. Así puede describirse al gato siamés, una raza muy popular gracias, entre otras cosas, a su llamativo aspecto. Proveniente de Tailandia y ligado a un fuerte legado espiritual, este felino es una de las mascotas preferidas por los amantes de los gatos. Te contamos más sobre este fascinante animal.

Origen del siamés
La historia de este gato es cuanto menos, interesante. Para comprender su origen hay que tener en cuenta que existen dos tipos: el llamado tradicional o Thai, y el siamés tal y como lo conocemos actualmente. Ambos son muy similares, sólo que el siamés actual presenta unas formas más redondeadas.

El origen del siamés actual se encuentra en Siam, es decir, la antigua Tailandia (de ahí su nombre). Respecto al siamés tradicional, no existen evidencias, pero se cree que puede tener el mismo origen.

Se desconoce con exactitud la fecha en que nació la raza. Existen registros desde el siglo XIV, aunque probablemente sea más antigua. Los antiguos habitantes de Siam atribuían poderes mágicos a este felino, pues creían que alejaba a los espíritus malignos y atraía la buena suerte. Por aquel entonces estaba prohibida su venta, este animal sólo podía ser regalado.

Ojos mágicos
El siamés destaca por ciertas características físicas, pero si hay algo que sobresale por encima de todo son sus ojos azules. Tan llamativa es su mirada que en la antigua Tailandia se les llegaba a denominar ‘diamantes de la Luna’. El color tan intenso de sus ojos y su forma almendrada le confieren un aspecto único.

Por no hablar del patrón de color de su pelaje, que crea una mancha oscura en su cara y orejas, de forma que recuerda a una máscara. Sus tonalidades varían entre el blanco, el beige y el marrón.

Cariñoso y juguetón
Popularmente se dice que el siamés es más parecido a un perro que a un gato, y es que este minino es cariñoso, dócil y muy sociable. También es realmente activo, por lo que necesita grandes dosis diarias de juegos. Además, le encanta pasar tiempo con sus humanos.

Además, es muy comunicativo tanto con las personas como con otros animales, aunque como la mayoría de los gatos, puede ser algo desconfiado con los desconocidos. Y se comunica de todas las formas posibles, incluyendo sus característicos maullidos, muy potentes y con tonos de lo más variados.

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