¿Por qué tu perro no para de comer? Hay razas caninas que tienen fama de tragones y resultan más propensas a engordar. Ahora, una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, resuelve este misterio y explica a qué se debe la ansiedad de estos animales por alimentarse continuamente.

Obesidad canina a examen
La revista británica ‘Cell Metabolism’ acaba de hacer pública una investigación sobre la obesidad canina donde queda al descubierto el factor que afecta al metabolismo de nuestros animales de compañía.

Para ello, un equipo científico liderado por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, ha sometido a 28 perros de la raza labrador a estudio: 15 de ellos obesos y otros 18 canes de complexión delgada. Según Eleanor Raffan, autora de la investigación, este ejemplar era el idóneo para analizar debido a su capacidad para ingerir alimento y a su gran apetito.

La genética es la culpable
El equipo de expertos seleccionó tres genes relacionados con la obesidad que, curiosamente, son conocidos también por afectar al peso de los seres humanos. Tras su analítica, descubrieron que uno de ellos, llamado POMP, entorpece la capacidad del perro para producir endorfinas y neuropéptidos, hormonas involucradas con el apetito y la desconexión del hambre después de una comida.

La investigación ha determinado que este gen es el responsable de la obesidad y el apetito insaciable de los canes. Y es que una cuarta parte de los labradores que presentaban obsesión por la comida tenían una sección de ADN codificada al final de este gen.

«Se trata de una variante genética común en los labradores y tiene un efecto significativo en los perros que la tienen, por lo que es probable que esto ayude a explicar por qué los labradores son más propensos al sobrepeso que otras razas», explicó la autora del estudio.

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