Toni Acosta es una de las actrices españolas más valoradas. Actualmente triunfa con la serie ‘Señoras del (h)AMPA’, una comedia negra con la que vuelve a demostrar su versatilidad tras la pantalla. Desde nuestra revista aprovechamos su actual popularidad para hablar sobre Amy, su adorable perrita.

Familia de estrellas
No es de extrañar que Amy sea la ‘hija’ de una reconocida actriz. La pequeña lleva el arte en las venas y es que es la bisnieta del famoso Pancho, el jack russell que protagonizó varios anuncios de lotería.

Sólo que al ser completamente blanca y carecer de las características manchas de esta raza, la industria no mostró interés en ella para actuar. Así acabó siendo adoptada por Toni Acosta cuando aún era cachorra.

Pura energía
Según ha comentado la actriz en varias ocasiones, esta peluda tiene una gran vitalidad. Le encanta pasear, jugar y hacer todo tipo de travesuras; eso sí, también es muy cariñosa y se deshace en mimos con su dueña.

De hecho, adora que la acaricie y la coja en brazos como si fuera un bebé. Así es precisamente como la llama Toni. ¡Hasta ha llegado a usar chupete!

Amor del bueno
La tinerfeña está realmente enamorada de su perrita. Tanto es así que no se cansa de repetir a los medios lo mucho que se alegra de haberla adoptado. Además, según sus palabras, una mascota ayuda a los niños a asumir responsabilidades, y por ello sus hijos también se hacen cargo de sus cuidados.

En realidad, a toda la familia le encanta pasar tiempo con Amy. Hasta el día de hoy es la más pequeña de la casa, y por tanto la que necesita más cuidados. Esto no supone ningún problema para la actriz, que disfruta al máximo paseando con ella y dándole todo el cariño que necesita.

Trauma superado
Esta pequeña no es la primera mascota de Toni. Anteriormente tuvo un perro llamado Burton, un labrador que sufría una enfermedad congénita del corazón y al que la actriz quería con locura. Apenas unos meses de convivencia bastaron para convertirse en un ser muy especial para ella.

Tanto sufrió al perderle que pensó que nunca volvería a acoger otro animal en su casa, hasta que conoció a Amy y no pudo evitar adoptarla. A día de hoy, no imagina su vida con ella. Y es que el amor que le ofrece esta peluda no tiene precio.

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