El uso del collar eléctrico para mascotas siempre ha estado rodeado de una gran polémica. Si bien algunos aseguran que es lo ideal para corregir conductas inapropiadas, otros afirman que puede ser realmente dañino. Resumimos las diferentes teorías.

Cómo funciona el collar eléctrico
El collar eléctrico para perros incluye un dispositivo que nos permite emitir pequeñas descargas, sonidos o vibraciones al animal, con el fin de detener los comportamientos negativos. El objetivo principal es educarle mediante estas señales físicas.

Estos collares vienen acompañados por un mando a distancia para emitir y controlar estas señales, que pueden ser de menor o mayor intensidad. Así, puede provocar desde un leve cosquilleo hasta fuertes contracciones.

Ventajas
Podemos resumir las ventajas del collar eléctrico en una sola, y es que permite corregir conductas negativas con mayor rapidez y facilidad que los métodos más tradicionales.

Aunque en ningún caso hay que sustituir el collar clásico por este dispositivo. El collar eléctrico debe cumplir una función complementaria en el proceso de adiestramiento y no ser utilizado para enseñar las órdenes de obediencia básicas. Para ello son mucho mejores las técnicas tradicionales.

Desventajas
Un mal uso de este tipo de collar puede dar lugar a consecuencias negativas, como las siguientes:

1. Asociaciones no deseadas. Si mandamos una señal al perro en un momento inoportuno, podemos confundirle y hacer que reaccione de una manera indeseada.

2. Pérdida de la confianza. El miedo al castigo o la molestia física puede llevar al animal a perder la confianza con su entorno, incluyendo a su propia familia.

3. Dependencia excesiva del collar. Si un perro es entrenado exclusivamente mediante el collar eléctrico, puede llegar a obedecer únicamente cuando lo lleve puesto.

4. Puede ocasionar estrés. Las descargas y demás señales que emite el collar eléctrico a menudo provocan un fuerte estrés en el perro, hasta el punto en que desarrolla graves problemas de conducta.

5. Es ‘el camino fácil’. La educación canina requiere una importante implicación por nuestra parte. Se trata de un proceso en el que aprendemos a conocer a nuestro perro en profundidad y establecemos una estrecha relación con él. El collar eléctrico impersonaliza esta etapa.

Entonces, ¿descartamos el collar eléctrico?
No existe una respuesta clara a esta pregunta, pero sí hay que aclarar que sólo un educador profesional puede usar el collar eléctrico. Además, no es aplicable a todos los casos, ya que no es recomendable para perros muy jóvenes, enfermos o inseguros.

Tampoco ha de utilizarse este collar a la ligera. Es sólo adecuado para casos extremos en los que el adiestramiento tradicional haya fracasado. E insistimos en que estas descargas siempre tienen que ser controladas por un profesional con experiencia para evitar dañar física y psicológicamente la salud del perro.

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