Gracias al lenguaje corporal podemos saber si un perro está cerca de atacar. Observar su comportamiento es fundamental para prevenir posibles mordeduras. Por eso, debemos aprender a reconocer cuáles son las señales que nos advierten de que el perro está a punto de morder. ¡Coge papel y boli!

Tensión muscular y rigidez
Si un can se siente amenazado, tensa los músculos y su cuerpo se vuelve completamente rígido para mantenerse en posición de alerta.

Pelo erizado
Se trata de una de las señales inequívocas de que el perro está a punto de atacar. Si además del pelo erizado, el animal arquea el lomo, no hay lugar a dudas de que la agresión está muy próxima.

Gruñidos
Si el perro nos gruñe, es evidente que no quiere ningún tipo de contacto con nosotros. Es posible que también nos enseñe los dientes y retroceda un poco hacia atrás. Si nos retiramos, el perro se tranquilizará y olvidará el ataque.

Mirada fija
Si mientras gruñe o enseña los dientes nos mira fijamente, debemos tener cuidado. Si además tiene las pupilas dilatadas, el ataque puede producirse de un momento a otro.

Rabo en movimiento
Normalmente si el can mueve la cola significa que está contento, pero si lo hace junto con alguna de las señales que ya hemos mencionado, hay motivo para preocuparse.

Marcaje al aire
Si tras los gruñidos el perro lanza ‘bocados’ al aire, no hay duda de que nos está avisando de lo que puede llegar a hacer si no nos retiramos.

Todos los perros tienen un instinto para defenderse ante lo que consideran una amenaza, pero podemos enseñarle que nosotros no lo somos con mucha paciencia y entrenamiento.

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