La filariosis canina, más conocida como gusano del corazón, es una enfermedad parasitaria que afecta gravemente al organismo de los perros, llegando a ser mortal. Te explicamos qué es exactamente, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla.

¿Qué es el gusano del corazón?
Se trata de una enfermedad que ataca a diferentes animales, como los perros, los gatos y los hurones. Se transmite mediante el ataque de un parásito nematodo llamado Dirofilaria immitis, que contagian a su vez determinados mosquitos a través de sus picaduras. En ningún caso se transmite directamente; es necesaria la intervención de un mosquito.

Una vez el animal ha sido infectado, el nematodo se instala en su corazón y arterias pulmonares, dando lugar a una especie de gusanos que se adhieren generalmente al ventrículo derecho. Estos gusanos llegan a medir de 15 a 30 centímetros de longitud, obstaculizando el riego sanguíneo y provocando la muerte por paro cardíaco.

Síntomas y diagnóstico
Mientras que en algunos casos los perros infectados sufren determinados síntomas, en otras ocasiones esta enfermedad no se manifiesta hasta que es demasiado tarde. Por ello es tan importante la prevención.

En cuanto a los síntomas comunes, se resumen en:

1. Apatía y debilidad.
2. Pérdida del apetito.
3. Aumento del ritmo cardíaco.
4. Dificultades respiratorias y tos.
5. Desmayos.
6. Hemorragias nasales.
7. Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis).

Ante la más mínima señal se debe acudir al veterinario para que realice un diagnóstico. Puede detectar la presencia del parásito fácilmente. Para ello suele bastar con analizar la sangre del can, aunque a veces también son necesarias las radiografías.

¿Tiene cura?
No existe un tratamiento general para eliminar el gusano del corazón, y desafortunadamente en algunos casos no tiene cura. No obstante, si se detecta de forma temprana sí puede tratarse. El tipo de tratamiento y la duración del mismo dependen del estado de la enfermedad.

Métodos de prevención
La buena noticia es que durante las últimas décadas los veterinarios han podido desarrollar métodos de prevención muy eficaces para evitar que este parásito ataque a nuestras mascotas.

La clave de todo ello es llevar al día el calendario de desparasitación, tanto interna como externa, que marque el veterinario. Con ello nos referimos no sólo a las inyecciones, también a las pipetas y pastillas que el especialista considere oportunas. Las revisiones veterinarias frecuentes también son imprescindibles.

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