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    Mal aliento en el conejo: causas y tratamiento

    16 abril, 2019

    Al igual que ocurre con otros muchos animales, el mal aliento es una señal de que algo no va bien en la salud de tu conejo. Puede deberse a varias causas, siendo la más común los problemas dentales. Te contamos cuál puede ser su origen y cómo acabar con él.

    Causas de la halitosis
    Son varios los motivos que pueden llevar al conejo a tener halitosis. Entre ellos, los más comunes son:

    1. Una dieta inadecuada. La alimentación de este animal debe basarse en el heno, ya que le proporciona los nutrientes que necesita y además, es imprescindible para el bienestar de sus dientes. Algunos vegetales, frutas ocasionales y pequeñas dosis de pienso completan su dieta ideal.

    2. Cáncer oral. Es una enfermedad grave que puede ocasionar mal aliento, entre otros muchos síntomas. Puede afectar a distintas zonas: el paladar, las encías, la lengua…

    3. Enfermedades gastrointestinales. Muchas de las enfermedades que afectan al aparato digestivo causan este problema. Suele venir acompañado de otros síntomas como diarrea, apatía y pérdida de peso.

    4. Enfermedades infecciosas. Las bacterias, los trastornos víricos y los hongos también son grandes culpables.

    5. Problemas dentales. El deterioro dental y la enfermedad periodontal son motivos muy comunes y suelen estar relacionados con la mala alimentación.

    6. Maloclusión. Se trata de una mala alineación de los dientes que puede resultar mortal para el conejo. El mal aliento es sólo uno de sus síntomas, pues a menudo viene acompañado por inapetencia, exceso de salivación, sangrado nasal y dientes muy largos.

    La maloclusión puede deberse a la falta de heno, a un golpe en la mandíbula o a un problema congénito. Se da en los incisivos o en los premolares. Si adviertes cualquier forma extraña en sus dientes o encías, debes acudir inmediatamente al veterinario.

    Tratamiento
    El tratamiento dependerá, obviamente, del origen de la halitosis. Al ser causas tan variadas, encontramos tratamientos basados en antibióticos, cambios de dieta e incluso intervenciones quirúrgicas, como es el caso de la maloclusión.

    De cualquier modo, ante la más mínima señal debes consultarlo con un veterinario de confianza cuanto antes. Además, no olvides observar a diario los dientes de tu orejón y cumplir con todas sus revisiones veterinarias.

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