¿Te has fijado alguna vez en el ruido que hace tu perro cuando bebe? No es casual. El movimiento que realiza para ‘atrapar’ el agua es algo brusco, parecido al de una mordida, lo que provoca que el animal arme ese escándalo. O al menos eso es lo que dice la ciencia.

Un estudio revolucionario
En 2016 un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Virgina llevó a cabo un estudio para analizar la forma en la que beben los perros. Para ello, los investigadores filmaron a 19 perros de diferentes tamaños y razas mientras bebían. Tras visionar detenidamente las imágenes grabadas, obtuvieron conclusiones de lo más interesantes.

Forman una ‘cascada’
Los investigadores comprobaron que los perros mojaban la lengua en el agua y luego la retraían hacia arriba, con lo que formaban una especie de ‘cascada’ desde su boca hacia el bebedero.

Observaron que una pequeña parte de esa agua quedaba acumulada en la lengua, mientras que otra caía de nuevo en el recipiente. Para ‘capturar’ esta parte que se caía, los animales realizaban un movimiento parecido a una mordida.

Los expertos también pudieron observar que estos animales movían la lengua con una rapidez asombrosa y que formaban una concavidad en la zona más cercana a la garganta para facilitar que el líquido se deslizara hacia el interior.

No tienen mejillas
La explicación a esta peculiar forma de beber la encontramos en la propia anatomía de los perros. A diferencia de otros mamíferos, no tienen pómulos completos y por ello, no pueden succionar mediante sus mejillas. Por ello tienen que recurrir a esta curiosa técnica.

Los gatos tampoco pueden recoger el agua en sus pómulos, pero logran adherirla a sus lenguas. Antes de este estudio, se creía que los canes bebían de la misma manera.

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