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    ¿Los gatos pueden comer helado? Sí, pero con una serie de condiciones

    9 julio, 2019

    Hace algunos años Internet experimentó una nueva tendencia en vídeos de mascotas que mostraba cómo los gatos se quedaban con ‘el cerebro congelado’ tras comer helado. No obstante, esta práctica puede tener consecuencias muy negativas para los mininos, pues los helados industriales son dañinos para su organismo. Te contamos por qué.

    Lactosa y azúcar
    Aunque la leche y los gatos parecen ir siempre de la mano, la realidad es que muchos de estos animales no toleran bien la lactosa. Además, los derivados lácteos tienen demasiada grasa. Todo ello puede ocasionar diarreas, malestar digestivo y gases, entre otros problemas. Y como bien sabemos, los helados suelen contener leche.

    Su porcentaje de azúcar también suele ser alto, lo que da lugar a diversos trastornos gastrointestinales, y con el paso del tiempo, a problemas como la obesidad y la diabetes. Por no hablar de otros ingredientes comunes en los helados como el chocolate, los frutos secos, el café y el xilitol, todos tóxicos para estos felinos.

    El frío es perjudicial
    Seguro que conoces esa extraña sensación que invade tu cerebro cuando comes o bebes algo demasiado frío. En el caso de los gatos esta sensación es aún más intensa y desagradable, ya que su temperatura corporal es más alta (entre 38ºC y 39ºC). Esto puede provocarle fuertes cefaleas.

    Asimismo, los helados pueden irritar su garganta y dar lugar a resfriados. Ten en cuenta que los gatos son animales muy frioleros, que adoran los rayos de sol y huyen de las superficies frías.

    Helados caseros
    Sin embargo, todo esto no quiere decir que los helados queden terminantemente prohibidos para los gatos. Hay un tipo de helados que sí pueden comer, siempre y cuando estén elaborados siguiendo unas condiciones.

    Por ejemplo, puedes hacer un helado para tu peludo simplemente mezclando trozos pequeños de fruta en un bol (fresa, sandía, melón, manzana) con leche vegetal (natural y nunca de frutos secos, consulta cuál es la más adecuada con el veterinario). Sólo tienes que meter el recipiente con la mezcla en el congelador y servir; eso sí, que no esté demasiado frío.

    Otra opción es colocar comida húmeda para gatos en un molde para helado, mezclada con un poco de agua. Una vez esté sólida (pero no completamente congelada), puedes darle este particular ‘polo’ a tu minino para que se refresque y disfrute de su sabor.

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