Depredador feroz, cazador inigualable y propietario de unos dientes que harían temblar al más valiente, el tiburón blanco ha conseguido que más de uno se lo piense dos veces antes de meterse en el mar. Paradójicamente, un nuevo estudio demuestra que este temido animal podría ayudarnos a librar la batalla contra determinadas enfermedades. Te lo explicamos.

Descifran su genoma completo
Hasta hace apenas una semana el tiburón era un gran desconocido genéticamente hablando. Pero un estudio reciente llevado a cabo por un equipo de científicos del Centro de Investigación de Tiburones de la fundación Save Our Seas, en colaboración con otras importantes entidades, ha resuelto el enigma.

Estos expertos han logrado decodificar el genoma completo del escualo, lo que les ha permitido descubrir ciertos cambios en la secuencia de su ADN. Estas ‘mutaciones’ son reflejo de una adaptación molecular (conocida como selección positiva) en varios genes relacionados con la reparación y la respuesta al daño del ADN; es decir, con el mantenimiento de la estabilidad del genoma.

Todo esto podría resumirse en una impresionante afirmación: el tiburón blanco tiene la capacidad de reparar su propio ADN. Esta revelación podría tener aplicaciones sorprendentes para mejorar nuestra calidad de vida. Y es que la situación contraria, es decir, la inestabilidad del genoma, es uno de los factores que predisponen a los seres humanos a sufrir cáncer y enfermedades degenerativas.

Genes muy ‘inquietos’
Otro de los descubrimientos revolucionarios de este estudio es el alto número de transposones que contiene el genoma del tiburón. Se trata de unos elementos genéticos que pueden moverse por diferentes partes del genoma.

En concreto, el tiburón blanco posee un alto porcentaje de un tipo de transposón llamado LINE (Long Interspersed Elements), situado en un 30%. Este elemento está relacionado con la evolución de los mecanismos de reparación del ADN, así como con la estabilidad del genoma.

El tiburón ballena
Esta investigación no se limita al tiburón blanco. Los científicos han descubierto que muchos de los genes relacionados con la estabilidad del genoma del tiburón blanco también están presentes en el tiburón ballena, un animal por lo general muy longevo (puede llegar a vivir más de 100 años).

Es un dato muy llamativo si tenemos en cuenta que, en teoría, el riesgo de padecer cáncer aumenta en los cuerpos grandes, ya que poseen un mayor número de células. Esta investigación tumba el mito y demuestra que el tiburón ballena, independientemente de su gran tamaño, ha desarrollado grandes habilidades de protección contra las enfermedades degenerativas.

¿Un avance contra el cáncer?
La revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ ha sido la encargada de recoger las conclusiones de este trabajo que está dando tanto que hablar. Toda esta información podría tener importantes aplicaciones en el campo de la medicina humana.

Los científicos tienen la esperanza de lograr descifrar los mecanismos de defensa del tiburón ante el cáncer y otras enfermedades degenerativas con el fin de mejorar los tratamientos médicos aplicados al ser humano. Habrá que permanecer atentos a la evolución de este hallazgo.

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