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    Cómo regañar a tu gato correctamente

    29 julio, 2019

    Los gatos son animales cariñosos y dormilones, pero también muy curiosos. Por eso es probable que tu minino haga alguna que otra travesura de vez en cuando. Cuando esto ocurra, debes hacerle comprender que su comportamiento no es correcto. Por ello, te enseñamos cómo regañar adecuadamente a tu pequeño cuando se porte mal.

    El momento adecuado
    De nada sirve regañar a tu gato si no lo haces en el mismo momento en que se esté portando mal. Al igual que ocurre con los perros, el regaño sólo surte efecto cuando se ‘pilla’ al animal in fraganti. De otra manera, puedes hacer que se confunda.

    Imagina, por ejemplo, que llegas a casa y descubres que el felino ha destrozado parte de tu mobiliario. Si le regañas o castigas en ese momento, no entenderá por qué, y puede que asocie lo que esté haciendo en ese instante (jugar con su rascador, pedirte caricias, comer…) con algo negativo.

    La forma adecuada de regañarle
    Si encuentras a tu peludo haciendo algo malo, ante todo mantén la calma. Gritarle sólo servirá para empeorar la situación. A continuación resumimos algunos métodos válidos y efectivos para educar correctamente a tu pequeño.

    1. Un firme ‘NO’. Nunca subestimes el poder de un ‘NO’ firme a la hora de educar a tu gato. Has de decirlo con un tono fuerte, aunque sin gritar, y acto seguido cogerlo suavemente (si no ha salido huyendo ya) y llevarlo hacia otra habitación.

    2. Un ruido fuerte. Los gatos odian los ruidos fuertes, por lo que dar una palmada o un golpe contra un mueble para ‘espantarle’ cuando está haciendo algo malo es una buena idea.

    3. Rociador de agua. El agua tampoco suele ser plato de gusto para ellos. Rociar con agua a tu minino te ayudará a hacerle entender que portarse mal conlleva un castigo.

    4. Redirige su atención. A veces redirigir su atención es lo mejor que puedes hacer. Si por ejemplo sorprendes a tu mascota arañando el sofá, deberás hacerle ver que está mal con un firme ‘NO’ y llevarle a su rascador. También puedes distraer su atención con juguetes.

    Lo que nunca debes hacer
    Para empezar, jamás, bajo ninguna circunstancia, uses la violencia. El castigo físico no es en absoluto efectivo y resulta tremendamente perjudicial para el animal, que desarrollará una serie de traumas y una fuerte desconfianza hacia ti. Los gritos, por otro lado, sólo sirven para asustarlo y hacer que huya.

    Mucho mejor es el refuerzo positivo. Si premias a tu peludo cada vez que se comporte adecuadamente le será más fácil identificar los malos comportamientos y aprender a evitarlos.

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