A la hora de tener una iguana como mascota, debemos informarnos bien sobre sus características y necesidades. Algo muy importante en la vida de este reptil es el proceso de muda de piel, durante el cual deberemos proporcionarle algunos cuidados especiales. Te contamos más sobre este asunto.

¿Por qué muda la piel?
La muda es un proceso totalmente natural en todos los reptiles, aunque puede variar dependiendo de la especie. Por ejemplo, las iguanas mudan más frecuentemente que otros animales, y lo hacen en pequeñas porciones. Así, unas partes de su piel se renuevan antes que otras.

Este proceso, también llamado ecdisis, forma parte del crecimiento de este reptil, por lo que ocurre más habitualmente durante su juventud. Tiene lugar durante todo el año, aunque es más frecuente en verano. El cambio suele durar entre una y dos semanas.

Hay que aprender a identificar el momento de la muda. Sabremos que la pequeña se dispone a cambiar la piel cuando luzca un tono más claro y tenga una textura reseca. También notaremos que la iguana se frota contra las piedras y elementos de su terrario para aliviar el picor. Asimismo, suele perder el apetito durante unos días.

Cuidados principales
En un ambiente natural, la iguana muda su piel con plena facilidad, pero en un entorno doméstico necesita nuestra ayuda. Esta etapa requiere algunos cuidados básicos por nuestra parte.

1. Aumentar la humedad del terrario. Normalmente esta debe oscilar entre el 65% y el 75%, pero podemos aumentarla a 80% durante la muda. Así la piel está más hidratada y flexible. En cualquier caso, es necesario consultar el porcentaje de humedad conveniente con un profesional.

2. Rociar a la iguana con agua. Con el mismo propósito, podemos rociar al reptil con agua tibia dos o tres veces al día.

3. Rocas. Es importante que la iguana cuente con elementos duros y rugosos dentro de su terrario para poder frotarse y desprenderse más rápidamente de su piel. Con este método comienza a romper la capa antigua.

4. Sprays especiales. Existen productos especialmente diseñados para hidratar y facilitar el desprendimiento de sus escamas. Basta con pulverizar un poco de producto sobre la piel del reptil y masajear para que lo absorba bien.

5. Consulta veterinaria. Además de seguir estas pautas, lo mejor es hablar con un veterinario especializado en reptiles para informarnos bien sobre este proceso. En caso de detectar cualquier problema, hay que recurrir al especialista cuanto antes.

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