Seguramente hayas oído hablar del gato esfinge, una raza sin pelo. Pero, ¿sabías que existen otros mininos con esta cualidad? No son comunes, pero sin duda vale la pena conocer a estos felinos tan peculiares. Te presentamos seis razas completamente ‘calvas’. ¡Comenzamos!

Bambino
Es el resultado del cruce entre el sphynx o gato esfinge con el munchkin, siendo una raza relativamente nueva; en 2005 fue registrado en The International Cat Association (TICA) como raza experimental. Es inteligente y cariñoso, aunque menos ágil que otros gatos debido a sus patas excesivamente cortas.

Levkoy ucraniano
Proviene de Ucrania, tal y como indica su propio nombre, y hasta 2011 no se consolidó como raza oficial. El levkoy ucraniano nació por mano del hombre, ya que es la mezcla entre el scottish fold y el donskoy. Se caracteriza por sus orejas dobladas, su carácter tranquilo y su gran resistencia.

Gato Elfo
Debe su nombre a la curiosa forma de sus orejas, redondeadas y dobladas hacia atrás. Es un cruce entre el sphynx y el american curl, y aunque sigue siendo poco común, está ganando popularidad como mascota en los últimos años. Esta raza fue reconocida oficialmente en 2009 y es una de las más valoradas económicamente.

Sphynx o gato esfinge
Es probablemente el más conocido de la lista. Su origen se remonta a la época del Imperio Azteca mexicano (1325-1521 d.C.), aunque no sería mundialmente conocido hasta principios del siglo XX. Desde entonces los criaderos se han mostrado muy interesados por la raza y hoy en día es muy popular como mascota.

Peterbald
Originario de San Petersburgo, el peterbald es una mezcla del donskoy y el siamés que nació durante la década de los 90. Posee una capa muy fina de pelaje que va cayendo con el paso de los años, y una cabeza en forma triangular que le convierte en una raza de aspecto único.

Donskoy
También conocido como Don Sphynx, proviene de los poblados cercanos al río Don, en Rusia. A menudo es confundido con el sphynx o gato esfinge debido a su enorme parecido físico, pero en realidad se trata de dos razas diferentes. Al contrario de lo que se creyó durante décadas, no guardan ningún parentesco, pues su código genético es distinto.

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