Los científicos y ecologistas llevan décadas advirtiendo sobre el daño que estamos causando a los océanos. Y sin embargo, seguimos sin ser realmente conscientes de lo que esto supone para nosotros. Si bien los gobiernos y las empresas son los principales responsables de tomar medidas, nosotros también podemos aportar nuestro granito de arena. Te explicamos lo que puedes hacer para ayudar a salvar los océanos, y con ello, el planeta.

Consumo responsable
La pesca ilegal es una de las grandes culpables del estado actual de los océanos. Puedes ayudar a acabar con esta mala práctica comprando únicamente pescado obtenido mediante métodos lícitos. Pero, ¿cómo saberlo? Leyendo bien el etiquetado.

En él debe figurar el método de pesca y la zona donde el animal ha sido capturado. Debes elegir aquellos ejemplares que hayan sido pescados de manera tradicional; es decir, caña, pincho, trasmallo, etc. Respecto al lugar, cuanto más cerca mejor, y preferiblemente que sea de temporada.

Si quieres saber más información sobre todo esto, puedes consultar la Guía de pescado sostenible de Greenpeace. En su página web encontrarás un sinfín de detalles sobre este asunto.

Respeta las playas
Las playas son una auténtica zona de diversión para muchos, algo que no supondría ningún problema si todos y cada uno de nosotros respetáramos el entorno. No hay nada más sencillo que tirar tus desperdicios a las papeleras en lugar de esparcirlos por el mar o la arena. Ten en cuenta que nuestra suciedad tiene un gran impacto negativo sobre los entornos naturales.

Cuidado con las compras
Son muy comunes los ‘souvenirs’ realizados con conchas, corales y derivados de animales marítimos. Al consumir este tipo de productos, fomentas la destrucción de la flora y fauna marina.

Reduce tus emisiones de CO2
Los océanos absorben las emisiones de CO2, lo que calienta el agua y le aporta acidez. Esto, a su vez, perjudica los hábitos, la alimentación y la reproducción de las especies marinas. Para reducir tu huella ecológica en este sentido, puedes prescindir más a menudo del coche, usar bombillas de bajo consumo y, en general, minimizar el gasto de energía eléctrica en el hogar.

Di no al plástico
Como seguramente ya sabrás, el plástico es un gran enemigo del mar. Lo ideal es que disminuyas lo máximo posible el plástico que uses; por ejemplo, puedes utilizar bolsas de tela, botellas de cristal, recipientes no desechables, etc. Y por supuesto, reciclar todo el plástico que puedas. Reciclar vidrio, pilas y artículos tecnológicos, así como minimizar tu cantidad de basura, también ayudará enormemente a cuidar de los océanos.

Del desagüe al mar
Normalmente no prestamos atención a este hecho, pero no debes olvidar que todo aquello que viertes por el desagüe acaba en el mar. Por ello es importante no tirar aceite, colillas de cigarros, toallitas húmedas no biodegradables, bastoncillos, etc. También has de utilizar detergentes y productos de limpieza ecológicos.

Protector solar
No solemos caer en este detalle, pero no es insignificante en absoluto. Al meterte en el agua de la playa, los cosméticos que hayas puesto en tu piel también lo hacen. Por tanto, lo más recomendable es usar protectores solares respetuosos con el medio ambiente.

Manos a la obra
Si vives cerca de alguna playa, ¿por qué no ayudar a limpiarla? Existen muchos grupos de voluntarios que dedican parte de su tiempo a retirar la suciedad de la arena y la orilla. Puedes unirte a uno de ellos y, si te es posible, colaborar con alguna organización que trabaje por salvar nuestros océanos.

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