No son pocos los que creen que el conejo es un roedor. No es tan descabellado, pues suele ser incluido en este grupo precisamente por su hábito de roer para desgastar los dientes. Sin embargo, la realidad es que el conejo es un lagormofo. Pero, ¿por qué? ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? Te lo explicamos.

Pequeñas y grandes diferencias
Como decíamos, no es ninguna locura confundir al conejo con un roedor. De hecho, hasta principios del siglo XX era considerado de esta manera. No obstante, con el paso del tiempo los expertos han evidenciado algunas diferencias que le han llevado a cambiar de categoría.

Actualmente, tanto el conejo como la liebre y la pika son oficialmente lagomorfos. Esto se debe a las diferencias que presentan:

1. Número de incisivos. Mientras que los roedores poseen cuatro incisivos, los lagomorfos tienen seis. El punto en común es que los dientes de ambos nunca paran de crecer.

2. Dedos de las patas. Otra diferencia numérica en su anatomía es el hecho de que los lagomorfos tienen cinco dedos en las patas delanteras y cuatro en las traseras. En el caso de los roedores es justo al revés. Además, a diferencia de los roedores, los lagomorfos no pueden usar sus patas delanteras para sujetar la comida.

3. El movimiento de su mandíbula. Los roedores mastican moviendo la mandíbula de adelante hacia atrás, a diferencia de los lagomorfos, que la mueven hacia los lados.

4. Orejas termorreguladoras. Una de las características más sorprendentes de los lagomorfos es que usan las orejas para regular su temperatura corporal. Los roedores no tienen esta cualidad.

5. El pelaje. Los lagomorfos tienen pelaje en todo su cuerpo, al contrario que los roedores, que por lo general no tienen pelo en las patas y el rabo.

6. Hábitat. Una de las grandes diferencias entre ambos es el modo de vida. Los lagomorfos siempre hacen sus madrigueras bajo la tierra, mientras que las madrigueras de los roedores no tienen por qué ser subterráneas.

7. Alimentación. Los lagomorfos son exclusivamente vegetarianos. Por el contrario, los roedores son omnívoros, aunque su dieta varía dependiendo de la especie.

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